Archivo por meses: junio 2011

LLamada de atención a los políticos

Democracia para pedir más democracia, más participación ciudadana, separación de poderes, reforma de la ley electoral… Tal podría ser un resumen inmediato de lo ocurrido ayer, festiva y pacífcamente, en casi toda España. Invocación de principios y valores constitucionales olvidados por los políticos constituidos, sintetiza genuina e ingeniosamente Bonifacio de la Cuadra. Evoca él, al hablar de la participación, la mínima que existe en las elecciones universitarias por culpa de los universitarios, como ejemplo de lo mucho que falta todavía por cumplirse dentro de lo que hay, y aboga una vez más por la ampliación del voto a los jóvenes de 16 años, lo que tendría un muy positivo efecto en la juventud. No le parecen al insgine periodista que las propuestas de las movilizaciones del 15M se sitúen a la izquierda, ni que sean una especie de balón de oxígeno para la social-democracia (aunque es mucho suponer que lo que tenemos hoy sea social-democracia). Le parecen, más bien, una llamada de atención a los políticos, que debería concretarse en muchas opciones próximas y eficaces. Un buen apunte.

La protesta

La protesta cívica, comenzada en España tras las protestas masivas, aunque en circunstancias  y por motivos muy diferentes, en todo el Norte de África y Oriente Próximo, será un acontecimiento singular, principio de otros muchos acontecimientos, si la mayoría de los que participan en ella no niegan legitimidad a la democracia representativa -resultado, aunque limitado e imperfecto, de siglos de esfuerzos- y se atreven, por otra parte a  negarla  a quienes hacen un perverso uso de ella en cada país, en cada lugar.

El nuevo retorno a lo sagrado

En el retorno inesperado de lo sagrado, de la religión como dimensión integral de la condición humana, que el teólogo Javier Melloni descubre, estos últimos años, en España, distingue él, por un lado, los fundamentalismos vinculados al pathos identitario y, por otro,  la emergencia de lo espiritual, que busca desprenderse de los marcos religiosos tradicionales. En cuanto al primer polo, parece inevitable que en un momento de fragmentación, de globalidad y de pérdida de referentes, juegue un papel la religión, que es marco de sentido  y lugar cálido de referencias. Pero con la misma fuerza asistimos a un despertar de la espiritualidad y de la interioridad sin religión, fuera de los marcos unívocos de creencias, normas y ritos, en una diversidad interreligiosa y transconfesional-posconfesional. Entre ambas corrientes ve Melloni un sector de creyentes, que  aman las raices que les nutren, y, a la vez, contemplan y hasta tantean con prudencia y peplejidad lo nuevo que se abre ante ellos. Otros podrán  sin duda encontrar nuevas especies, nuevos matices de religiosidad en un conjunto de creyentes tan variopinto. A la hora del juicio de tan diversas situaciones existenciales y sociológicas, el teólogo Melloni piensa que lo importante es discernir en qué medida todas esas manifestaciones religiosas refuerzan las tendencias regresivas y más primarias del ser humano, vinculadas con la supervivencia individual o grupal, y en qué medida ayudan a abrir a dimensiones más profundas de uno mismo y de la colectividad hacia estados ascendentes de consciencia.- Lo que parece obvio desde la teoría, no es nada sencillo desde cada uno de los casos.

Intelectuales

De ellos hablaron, en libros resonantes, Marx, Benda, Gramsci o Aron. Todo el mundo tiene por intelectuales a estos  cuatro escritores, o a otros como Montaigne, Larra, Zola, Ortega, Unamuno, Sartre, Camus, Russell, Chomsky…, hombres comprometidos con decir la verdad moral a su pueblo, por encima de cualquier pertenencia, obediencia o presión. Intelectual es, pues, igual a pensador-escrritor comprometido con su sociedad. Quien opone resistencia a las corrientes del tiempo, lo definió el autor de La peste. Hoy, en cambio, pocos críticos hablan de su existencia: y menos de su influencia: por la falta de compromiso, por la extensión y diversificación de los medios de comunicación y  por la profesionalización de lo que ha dado en llamarse líderes de opinión, generalmente ajustados al guión prescrito por la empresa a la que sirven. No cabe duda de que auténticos intelectuales sigue habiendo, pero difuminados, borrosos casi entre una turba de  tertulianos omnipresentes, agresivos, apasionados, omniscientes. Acaso el exceso de igualdad democrática y  técnica nos ha hecho a todos más iguales pero más mediocres. Victoria Camps cita a Tocqueville, que dijo aquello que el hombre de genio se hace cada vez más raro, y la cultura más común.

Indignos, indignados e indignantes

Espero que de parte de los indignados decentes haya una contundente y rápida repulsa pública y condena de todo lo sucedido en estas últimas horas en Madrid, Barcelona y otras ciudades de España. Porque, de no ser así, habría terminado en un fracaso sonoro toda la movilización de los que reclamaban la democracia real ya. De todos modos, y sea lo que sea, habrá que decir con seremidad, afecto y respeto que no hay revolución ni reforma seria sin liderazgo. Que la pureza absoluta y el esencialismo -¡nosotros somos la única, la verdadera democracia!- son más bien propios de movimientos excluyentes, prólogo de movimientos totalitarios. Y que las revoluciones o transformaciones serias llegan cuando la regeneración de la sociedad es tan motivadora al menos como la preocupación por el bienestar material perdido o no alcanzado todavía.

Botín de los políticos

Mientras el Tribunal Constitucional, lo mismo que otras similares instituciones nacionales, sean botín de los partidos políticos y objetivo de sus cuotas de poder, la cosa no tendrá remedio. Leyendo las opiniones de los llamados expertos, uno queda más confundido aún de lo que estaba. Cada uno arrima el ascua a su sardina. Que si el PP, que si el PSOE… La nefasta división del mundo en dos sigue haciendo estragos en todos los órdenes de la vida. Mientras el criterio de selección no sea el del mérito y  capacidad de los miembros del Tribunal, estaremos perdidos. Los que escriben en los periódicos y trabajan en otros medios de comunicación son también altamente responsables de la situación por denominar desde el primer momento de la elección a todos los elegidos por el PSOE  como progresistas y a los elegidos por el PP como conservadores, una especie de  tirios y troyanos, romanos y cartagineses, güelfos y gibelinos contendiendo como facción en todas sus actuaciones. Con lo que el poder judicial se somete por entero al poder ejecutivo, que domina, como es sabido, ya casi por completo el legislativo. Es un círculo vicioso, del que no salimos nunca ni podemos salir, mientras no se cambie el método de elección o el espíritu de la elección. Los políticos son los mayores responsables de este estruendoso fracaso de nuestra justicia. Pero no sólo ellos.

El nuevo rumbo de Turquía

La tercera victoria de Erdogan, el lider del partido islamista moderado turco, Justicia y Desarrollo, por mayoría absoluta indica que algo muy serio está sucediendo en la antigua Gran Puerta. El pañuelo islámico sobre la cabeza de la mujer del triunfador, la noche de las elecciones, es todo un signo revelador. ¿La revolución laica de Kemal Atatürk está llegando a su fin? No del todo, pero parcialmente sí. Un país no cambia su identidad secular ni por una revolución ni por cien años de un régimen más o menos impuesto. El intento de Erdogan de cambiar la Constitución, que en los primeros ochenta fletaron los militares laicos, es una de las pruebas, si es que llega a buen puerto. ¿Un islamismo moderado, similar al de Indonesia, es compatible con la democracia? Está por ver. El constante aplastamiento de la minoría kurda, sin autonomía alguna; la interferencia continua en la administración de la justicia, o el número de periodistas en la cárcel no son los mejores avales. Turquía se enfrenta al rechazo de algunos Estados europeos a su entrada en la UE. No sólo por no ser un Estado del todo democrático, sino por no ser, simplemente, un país europeo. Algunos de esos países llevarán, en su caso, a referéndum la adhesión de Turquía. Si es así, de poco sirven los inegables avances de la gran nación turca en el terreno económico, político y social. Una inclinación futura hacia el islamismo, aunque sin llegar, vg., a la consagración de la Sharía, podría hace aumentar la aversión europea a la adhesión. Turquía es, eso sí, una potencia capital en el Oriente Próximo. Miembro de la NATO, su actual situación está llena de contradicciones. Es uno uno de los puntos calientes de la alta política euro-asiática.

No podemos. No puede ser

Me escribe un amigo, que trabaja en una administración regida ya por los libertadores de Batasuna: “Esto no hay quien lo resista. Ni el trabajo que nos quieren imponer a los técnicos, ni cómos nos tratan, ni lo que persiguen. No puedo. No podemos. No puede ser”.

La fiesta del Espíritu


                             (Hech 2, 1-4)
 
Fue a los cincuenta días de la Pascua,
fiesta antigua de la siega,
fiesta de la Alianza en Israel.
Ni las palabras lúcidas,
ni las muchas señales sanadoras,
ni la vida impecable,
ni la trágica muerte
del Maestro admirado
deshicieron el hielo de sus mentes serviles,
ni pudieron romper
la triste mezquindad de sus turbios corazones.

Sólo el fuego del Espíritu pascual,
que penetró sus tuétanos,
los limpió del contagio del miedo,
los hizo inmunes
a la torpe soberbia, a la sucia avaricia.

Y entonces la palabra les brotó
libérrima y feraz como un torrente,
y el generoso empeño
como un viento imparable,
que los llevó por todos los puntos de la  tierra,
arrebatando su vida hasta  el extremo,
la muerte y el martirio.

Fue el milagro de la Pascua de Jesús,
la Fuerza del Espíritu de Dios
que vive y aletea en nuestro mundo.

Nacionalidad y clase

Terminada la burda comedia en Navarra y despejada, como era de suponer, la cuarta incógnita, todo va saliendo en Euskadi como estaba también previsto. Si, después de cuatro años parcialmente perdidos por su culpa, PSE y PP de Álava han sentado la cabeza, demasiado tarde ya para recuperar la Diputación, PNV y Batasuna se han repartido, sobre todo en Vizcaya y Guipúzcoa, la primogenitura. Están llegando a lo que los dos querían, a formar el bipartidismo de la Euskal Herria soberanista. La izquierda y derecha, según los clásicos, del nuevo País. Con algunas lagunas, como la capital Vitoria, algunos ayuntamientos alaveses y los grandes municipios que aún rige el PSE.  Contra lo que todavía sostienen algunos ingenuos o recalcitrantes, la conciencia de la nacionalidad supera ampliamente a la conciencia de clase y a otras conciencias.