El clamor indígena en la ONU

 

                        Hace solo dos semanas, en el marco del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas (UNPFII), celebrado en Nueva York, la voz de las comunidades aborígenes de mundo resonó con fuerza para denunciar el genocidio que están sufriendo por cuenta del extractivismo. Parece que en España no se haya enterado nadie.

Latinoamérica estuvo representada en la cumbre de la ONU por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (REMAM), que luchan por el derecho de los pueblos originaros a vivir con dignidad y paz. Estuvieron también presentes el Consejo Indigenista Misionero (CIMI) y el Programa Universitario Amazónico (PUAM).

Laura Vicuña, religiosa de pueblo kariri de Brasil y vicepresidente de la REPAM, denunció el genocidio inminente por la invasión de los madereros, mineros y pescadores. Panamá lidera la lucha antiminera en el continente. Enit Sánchez, otro indígena panameño, destacó que los pueblos indígenas de su país, arraigados en una historia de defensa de los recursos naturales, se enfrentan a desafíos cada vez más apremiantes. Y pidió el auxilio de la comunidad internacional:

 Han sacado a los indígenas de sus territorios ancestrales hacia áreas remotas y muchas veces inhóspitas (…) por la búsqueda de recursos naturales valiosos, como el oro y el cobre, y que ha generado graves preocupaciones entre los pueblos aborígenes sobre e impacto en sus vidas y culturas.

Pero estas voces agónicas apenas se oyen en el mundo.