El silencio y el habla en la tradición benedictina (y II)

 

  No seas ni quejumbroso ni maldiciente.

Regla de San Benito

 

Abstente de conversaciones maliciosas o depravadas, no te aficiones al mucho hablar, no hables sin pensar ni de una forma que provoque risa, y no gustes de reír excesiva o estrepitosamente.

Regla de San Benito

 

Esto desde luego es sabiduría: uno vive bien si sus acciones preceden a sus palabras.

Vida de Wulfstan

 

Vamos a dar cuentas a Dios, no solo por nuestras palabras ociosas, sino también por  nuestro silencio irreflexivo.

Juan Tritemio, La Regla

 

El humor y la risa no son necesariamente lo mismo. El humor nos permite ver la vida desde una perspectiva nueva y benévola. Gracias al buen humor aprendemos a tomarnos menos en serio. El humor nos da fuerzas para soportar lo que no podemos cambiar, y nos permite ver lo humano tras lo pomposo.

Sor Joan Chittister, La regla de San Benito