Archivo por meses: marzo 2007

Nieve en Roncesvalles

Antes de que los medios de información traten a la nevada de hoy como catástrofe nacional, y nos hablen sólo de accidentes, atascos, pueblos sitiados, carreteras cortadas, trenes y vuelos suspendidos…, sin recordar siquiera que la nieve, apenas vista este año, es el regalo nacional por excelencia, me recreo en Roncesvalles -sede de un encuentro cultural suspendido por la nieve-, contemplando, a primera hora de la mañana, esta solemne y general bendición del cielo que es una nevada sobre la tierra. El mundo, recreado del todo, es poco más que cien metros a la redonda. El cierzo helador remueve la nieve caída sobre el tejado casi vertical de la Colegiata, juega a volver a nevar y rellena el espacio de nevisca embarullada. Los dos abetos blancos, doblada la testa, están de brazos caídos, las manos en los grandes bolsillos de las ramas, habituados ya a su vegetal resignación, un poco confusos porque sienten ya por dentro, impelente, la primavera. Los tilos del pasillo central han logrado sacar sus tallos enhiestos de entre la nieve y apuntan decididos a su impulso primaveral. Pasa un cuervo de vuelo corto, como si quisiera emborronar un papel en blanco. Al quitar el cerrojo y abrir la pesada puerta de la casa canonical, me parece que rompo y profano un silencio y un ámbito sagrados. Soy el primero hoy en pisar la nieve del Camino pisado por millones de peregrinos a través de doce siglos, y me hundo literalmente en su memoria y en su magia. La nieve es blanda y agradecida como una leyenda. Y yo me dejo envolver por ella.

Conciliar lo inconciliable

Había perdido el gobierno de la Nación Antonio Maura, indicutido líder liberal-conservador, pasada la Semana Trágica de Barcelona (julio de 1909), tras la formidable presión de toda la izquierda, liberal, republicana, socialista, anarquista…, que obligaron al rey a dar la presidencia del Consejo a Segismundo Moret, jefe discutido del mal avenido partido liberal. Tras unos pocos meses de mal gobierno, la elección real recayó en el político liberal-demócrata José Canalejas, uno de los grandes hombres de la Restauración. La decepción de Maura, al ser expulsado del poder, había sido profunda y nunca se colmó del todo. Los problemas de España eran graves. Y el sistema nacido de la Constitución de 1876, con los dos grandes partidos del turno, vivía uno de sus peores momentos. Pero Maura y Canalejas habían tenido numerosos contactos antes y los tendrían después. En carta sin fecha, pero del mes de agosto de 1911, Canalejas, presidente del Gobierno, llama a su corresponsal “Amigo Maura” y se despide con un “Suyo cordial amigo“. Y le dice cosas como éstas: “Bien sabe que sus preocupaciones y sus alarmas me han impresionado mucho más de lo que usted cree. No puedo, no quiero, no debo llegar a la reunión de Cortes en octubre sin haberle convencido o sin convencerme yo. Nuestros diversos juicios acerca de la situación de España y procedimientos de Gobierno exigidos por ella parecen “inconciliables”, y es, sin embargo, obligado conciliarlos, sin que se decolore nuestra significación en la política, ni se mermen nuestros convencimientos doctrinales. Es el arte, el modus operandi, lo que debemos unificar, sin mengua del “ideal” ni de la “doctrina“. Toda una lección de democracia práctica, de buen estilo, de lo que llamaríamos consenso en el método, buenas relaciones personales y en el ámbito de las reglas de juego. Qué aleccionador para la España de hoy.

Del enemigo el reflejo

En el diario digital etarrista de ayer, tras anunciar en la rúbrica, a grandes trazos, que el PSN “da un apoyo solemne al actual marco tras las presiones de UPN-PP“, escribe uno de sus habituales colaboradores: “UPN-PP y CDN, convocantes de la manifestación de hoy en Iruña (17´00), han logrado ya un primer objetivo: forzar un posicionamiento del PSN en favor del actual marco”. El actual marco (jurídico-político), es decir, la Comunidad Foral de Navarra, española y europea, lo traduce más adelante el mismo redactor etarrista por “la partición” y “la partición territorial. ¡Toda una interpretación sectaria -nunca mejor dicho: secare (cortar)-, de la historia!

Lobos y zorros

¿Y, si, además de gritar `¡que viene el lobo!´ -cosa que, por supuesto, no le gusta nada al lobo-, nos pusiéramos todos, además, a ahuyentar los muchos zorros que merodean dentro y fuera de nuestro terruño, con un poco más de esfuerzo, de habilidad y de unión solidaria?

Lau (Grumo)

Durante los últimos años, un poeta de nombre y apellidos vascos, desconocido para nosotros, nos enviaba unos poemas breves, libres, bien hechos, nómadas, que habitualmente nos gustaban mucho y los publicábamos en la revista Río Arga. Un día por fin supimos que el poeta vivía durante una temporada en una borda de Anitz y durante otra temporada se iba para la Patagonia. El poeta navarro de carne y hueso, especializado en Madrid, trabajó como astrofísico hasta 1993 y después, abandonándolo todo, marchó a la Patagonia chilena, donde trabajó como guía de senderismo. Me envía ahora Xabier Etxarri Goñi su libro Antología del nómada, editado en Santiago de Chile, una antología de once poemarios inéditos de su fértil estro, de la que tomo el susotitulado, escrito el año 2003:

Nada importa más a los necios que salir a la calle con las costumbres planchadas,
mezclarse con loss otros sin hacer grumos,
ajustarse al patrón lladrillo,
conformar la uniformidad sin grietas a prueba de subsconscientes díscolos,
amordazar la personalidad y tirarlo al río con zapatos de cemento.

La ideal actual de España, de ZP

Fue un acto valiente del presidente del Gobierno de la Nación el haber leído todo un discurso sobre Una idea actual de España, en la fiesta de la revista La aventura de la Historia, que celebraba su número 100, del grupo editorial del diario El Mundo, tras sendos discursos no muy complacientes, al parecer, con alguna política gubernamental, del director de dicho diario y del presidente de la Real Academia de la Historia. Me llevaría muchas páginas poder comentarlo como se merece. Le dedicaré alguna atención en días venideros. El texto se recoge en el último número de la misma revista, al que se adjunta un extraordinario sobre la realidad histórica y actual de Navarra, muy recomendable. El discurso presidencial es una sinfonía de elogios a la obra de su propio Gobierno y también, reiteradamente, a la España democrática y constitucional de nuestros días. Sin apenas notas negativas, que se despachan en dos líneas y media, más la mención, en doce líneas, del terrorismo, que comienza a describirse así: “Todavía sufrimos el horror de la locura terrorista”. Mal comienzo llamar locura a los cuarenta años de actividad etarra, sin citar siquiera una sola vez a ETA ni al independentismo nacionalista vasco. Luego siguen unas tautologías sobre la libertad, la paz y el valor de la vida, para acabar afirmando su voluntad de dedicar esfuerzo, capacidad y decisión a poner fin al terrorismo: “Me siento, y esto es lo importante, obligado a hacerlo“. ¿Eso es, de verdad, lo importante? Claro que, si alguien quiere alguna precisión, no la encontrará precisamente unas líneas más adelante, donde nos dice una nonada dieciochsca como ésta: “Soy de los que piensan que el futuro siempre será mejor. Eso me lo ha enseñado la historia. Y eso es lo que quiero contrbuir a asegurar para mi país”. Ni Jean-Antoine-Nicolás Caritat, marqués de Condorcet, matemático y experto en probabilidades, girondino víctima de los odiosos jacobinos, le hubiera permitido a nuestro presidente interpretar tn laxamente su Esquisse d´un tableau historique des progrès de l´esprit humain. Porque para el genial marqués, padre de progresismos, el progreso no es inevitable; requiere un esfuerzo colectivo y una educación intelectual y moral constante.

La lengua materna

El pasado 21 de febrero, la UNESCO volvió a celebrar, como desde el año 2000, el Día Internacional de la Lengua Materna, valor educativo primordial que hemos defendido en España, contra viento y marea, en el franquismo y después del franquismo. Pues, no. Ahora resulta que millares de alumnos españoles, aunque hubieran sabido la fiesta que se celebraba -de la que seguramente nadie les habló-, no hubieran podido celebrarla, porque ellos no pueden ser educados en esa lengua, que es la suya. Porque el Estado autonómico español, que carece de política lingüística, ha dejado en manos de algunas Comunidades Autónomas ese quehacer, y varias de ellas, que conciben y tratan la lengua llamada propia (catalán, gallego o vascuence) como algo privativo, como su seña suprema de identidad, han puesto por encima de la lengua materna de muchos miles de alumnos la prioridad de la lengua oficialmente propia, cuando no la exclusividad o casi exclusividad de la misma: la llamada inmersión en esa lengua, que no es la propia de esos alumnos, que no es su mengua materna. Aunque esta lengua materna sea también oficial en esas Comunidades y en todo el territorio español, además de la más hablada y escrita. Y aunque el experimento llevado a cabo hasta ahora haya terminado en un visible fracaso. Tal el es caso del País Vasco. Como los resultados de la irrealista y forzosa euskaldunuzación emprendida están muy lejos de los propósitos de los políticos nacionalistas, están éstos a punto de abandonar los métodos fracasados y piensan ya, por otros medios, conseguir que todos los alumnos alcancen un nivel de conocimiento B2, cercano al certificado de First en inglés, en el conocimiento y uso del castellano, euskara / vascuence y ahora también de inglés, idioma que se añade para hacer posible y más atractivo el nuevo giro educativo. Se intenta, además, que el vascuence sea la principal lengua vehicular. Con toda lógica, pero con cierto retraso, el partido socialista de Euskadi, que fue determinante a la hora de alcanzar los consensos y pactos desde 1982 (ley de normalización del uso del euskera) a 1993 (ley de la ecuela pública vasca), ha puesto el grito en las nubes y, por medio de la parlamentaria Isabel Celaá, ha recordado que las últimas evaluaciones al sistema educativo vasco demostraron que sólo un tercio de los alumnos del actual modelo B (bilingüe) y sólo dos tercios del D (enseñanza íntegra en euskara) alcanzaron ese listón que ahora se pretende, pretendiendo a la vez una clara ventaja para la minoría de alumnos de lengua materna vasca (20%), que hablan también habitualmente castellano, frente a la mayoría de lengua materna castellana (80%), que no hablan habitualmente vascuence o euskara. “No vamos a permitir –ha dicho Celaá- que se expulse la lengua castellana de las aulas” Y, en cuanto a la lengua vehicular: “Si la lengua vehicular principal será el euskera, sólo los euskaldunes tendrán garantizado el derecho a estudiar en su idioma materno“. Pero el Departamento de Educación ya tiene en los partidos nacionalistas o afines los votos necesarios para el nuevo dislate. Esperemos contra toda previsión.

La sabiduría, la sola libertad

Vuelvo a mi dilecto Séneca, a las Cartas Morales a Lucilio, una de mis obras clásicas preferidas, tal vez los escritos no cristianos más cercanos a nuestra visión cristiana de la vida y de la muerte. Ep. 37, 4: “Humilis res est stultitia, abjecta, sordida, servilis, multis adfectibus et saevissimis subjecta. Hos tam graves dominos, interdum alternis imperantes, interdum pariter, dimittit a te sapientia, quae sola libertas est”. (Cosa rastrera es la necedad, abyecta, despreciable, servil, sometida a muchas y muy violentas pasiones. A estos tan severos déspotas, que a veces mandan por turno, a veces a la par, los aleja de ti la sabiduría, que constituye la única libertad).

Conquistando la libertad

Tengo para mí que el acontecimiento político, colectivo e interior, más importante de España en estos tres años ha sido, tras las elecciones generales, la multitudinaria manifestación en Madrid, este 10 de marzo. Todo está ya visto, oído, escrito, leído y comentado. De todo lo mucho que he podido ver, oír y leer, elijo como pieza mejor, donde se completan entendimiento, voluntad y sentimiento -que muchos separan suicidamente de continuo-, los últimos párrafos del artículo Conquistando la libertad, escrito en el ABC de ayer, por el catedrático Mikel Buesa, presidente del Foro de Ermua, que algo sabe de terrorismo, independentismo, patriotismo, democracia y manifestaciones: “Somos la nación mártir que, por no querer doblegarse ante las pretensiones secesionistas de ETA, ha sufrido la violencia asesina, la extorsión y el terror, sin que, sin embargo, el miedo nos haya llevado a la cobardía. Somos la nación solidaria que ha sabido albergar un genuino sentimiento de empatía con las víctimas del terrorismo, y les ha ofrecido su abrazo y su llanto. Somos la nación ciudadana que reconoce y afirma su pluralismo, que suma identidades de origen, de raza, de ideología y de creencias religiosas, que añade y no resta, que acoge y no excluye. Y por ello, cada vez que nos hemos reunido nos hemos reclamado partícipes de nuestra Constitución de concordia y reconciliación. Somos, en fin, la nación española que, como tantas veces en su historia, se pone en marcha por la libertad. La nación de los españoles con futuro que, portando sus banderas y al son de sus himnos, proclaman su voluntad firme de derrotar al terrorismo. Hemos ido todos juntos a esta maniestación del 10 de marzo, en esa Villa de Madrid, que es síntesis y expresión de España, porque sabemos que, como advirtió Marc Bloch poco tiempo antes de ser fusilado por los nazis, “no existe salvación sin una parte de sacrificio, ni libertad que pueda ser plena, si no se ha esforzado uno mismo en conquistarla”.

El cuerpo de la Nación

En un texto escrito poco antes de morir, que uno de sus hijos llamó Testamento político, decía Antonio Maura, uno de los principales dirigentes de la derecha española en el primer tercio del siglo XX: “Al fin y al cabo de notar es que, sobre todo cuanto llevo dicho, descuella la idea cardinal de que no hay salud para el Estado mientras falte espíritu cívico en el cuerpo de la Nación. Despertar y avivar la ciudadanía, amparando sus brotes contra las agostadoras prácticas inveteradas, es el objetivo inmediato que se puede y se debe perseguir”.