La ideal actual de España, de ZP

Fue un acto valiente del presidente del Gobierno de la Nación el haber leído todo un discurso sobre Una idea actual de España, en la fiesta de la revista La aventura de la Historia, que celebraba su número 100, del grupo editorial del diario El Mundo, tras sendos discursos no muy complacientes, al parecer, con alguna política gubernamental, del director de dicho diario y del presidente de la Real Academia de la Historia. Me llevaría muchas páginas poder comentarlo como se merece. Le dedicaré alguna atención en días venideros. El texto se recoge en el último número de la misma revista, al que se adjunta un extraordinario sobre la realidad histórica y actual de Navarra, muy recomendable. El discurso presidencial es una sinfonía de elogios a la obra de su propio Gobierno y también, reiteradamente, a la España democrática y constitucional de nuestros días. Sin apenas notas negativas, que se despachan en dos líneas y media, más la mención, en doce líneas, del terrorismo, que comienza a describirse así: “Todavía sufrimos el horror de la locura terrorista”. Mal comienzo llamar locura a los cuarenta años de actividad etarra, sin citar siquiera una sola vez a ETA ni al independentismo nacionalista vasco. Luego siguen unas tautologías sobre la libertad, la paz y el valor de la vida, para acabar afirmando su voluntad de dedicar esfuerzo, capacidad y decisión a poner fin al terrorismo: “Me siento, y esto es lo importante, obligado a hacerlo“. ¿Eso es, de verdad, lo importante? Claro que, si alguien quiere alguna precisión, no la encontrará precisamente unas líneas más adelante, donde nos dice una nonada dieciochsca como ésta: “Soy de los que piensan que el futuro siempre será mejor. Eso me lo ha enseñado la historia. Y eso es lo que quiero contrbuir a asegurar para mi país”. Ni Jean-Antoine-Nicolás Caritat, marqués de Condorcet, matemático y experto en probabilidades, girondino víctima de los odiosos jacobinos, le hubiera permitido a nuestro presidente interpretar tn laxamente su Esquisse d´un tableau historique des progrès de l´esprit humain. Porque para el genial marqués, padre de progresismos, el progreso no es inevitable; requiere un esfuerzo colectivo y una educación intelectual y moral constante.