Archivo por meses: noviembre 2006

Retrato de Maragall

En una entrevista en EP, Pasqual Maragall se retrata mejor que ante el mejor pintor de cámara. Incapaz de reconocer el fracaso del tripartito, confiesa paladinamente que nadie le pidió que repitiera y que Montilla se negó a formar un posible tándem con él. Definiéndose como hombre de izquierdas y catalanista, sigue pensando que su contribución mayor ha sido hacer visible su idea nueva de España, no tanto de Cataluña, y que el Estatuto aprobado ha sido la más eficaz contribución catalana por hacer esa España plural. Ni se le pasa por las mientes que el TC pueda echar abajo alguna pluralidad. Dice una y otra vez que a la derecha nacionalista catalana no le interesa España, pero que esto no lo ven en Madrid, ni siquiera los socialistas, que siempre creen que Cataluña es igual a nacionalismo catalán: un guantazo suave a Rodríguez Zapatero. Pero qué más da. Y en el colmo del cinismo, reconoce implícitamente que el silencio del PSC y de todo el tripartito ante el famoso tres por ciento que él mismo denunciara en el Parlamento catalán contra los adversarios políticos de CIU fue condición forzosa para entenderse todos en el Estatuto. Y dando por hecho que “la política no es trigo limpio“, da también por cosa sabida que entre políticos “de determinados temas no se habla” . Digo yo si porque todos tienen los pies de barro y la mano de oro. Todo un retrato, y no sólo de Maragall.

Subdesarrollo mundial

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) acaba de publicar su informe anual sobre el Índice de Desarrollo Humano (IDH), en el que se analizan las variables de ingreso económico, esperanza de vida y acceso a la educación y a los servicios de salud. Pocas variaciones en lista de los mejores y los peores: Noruega, Islandia, Australia…, los primeros de los primeros, y Níger, Sierra leona, Mali…, los primeros de los segundos. Con España en el número 19, dos puntos por delante en relación al año pasado. Y, aunque la pobreza extrema se ha reducido de un 28% a un 21% en los últimos 15 años, 1.000 millones de seres humanos viven con lo equivalente a un dólar al día y 1.500 millones con lo equivalente a dos dólares. Y los ingresos de las 500 personas más ricas superan los de 416 millones de las más pobres. Unas estadísticas que dan escalofrío mental pero que suelen dejarnos como antes. Otro dato alarmante: la esperanza de vida en el África subsahariana es inferior a la de hace 30 años, debido sobre todo a la plaga del sida, que deja allí la edad media en 46 años. Mientras tanto, los países más ricos del mundo gastan al menos cuatro veces más en armamento que en ayuda humanitaria. En Estados Unidos ese gasto es 25 veces superior. Y cinco veces en España, Canadá y Alemania. Sin perderme en demagogias ni en lugares comunes, este mapa del subdesarrollo actual bien podría colgar de nuestra mente mientras pensamos, hablamos y escribimos de cosas mucho menos graves, por muy necesarias y apasionantes que nos parezcan.

El Quijote de Boadella

Ya no estamos, como en algunas de las obras anteriores de Els Joglars, ante el remedo hilarante y provocador de una realidad política cercana, sino, dentro del inmenso marco humanista de la novela cervantina, ante una recreación parcial y divertida, en traducción vocabular y concepción postmoderna, de algunos capitales temas quijotescos. Los grandes instintos, las grandes pasiones, los grandes impulsos individuales y colectivos, entre el humor, la crítica, la parodia y la mirada compasiva. Caballeros o fontaneros, Manhattan o La Mancha, mujeres o varones, qué más da. Sobre la, a veces frágil, textura de En un lugar de Manhattan, cuán grande capacidad de dicción, de acción, de presentación, de juego, de movimiento. Qué acierto la sorpresa de las piezas musicales. Qué puro teatro. Y qué deleitosa armonía del español-castellano junto al español-catalán, el español-argentino, el español-norteamericano y el español-cubano, a la hora de celebrar, también de esta manera, al primer genio de nuestra literatura universal!

Villas vascas

Podría hablar de otras villas históricas vascas, como Tolosa, Durango, Guernica, Elorrio, Lekeitio, Motrico, Balmaseda, Zumaya, Guetaria, Azkoitia, Azpeitia, Beasain, Villafranca de Oria (Ordizia), Segura, Legazpia, Zumarraga, Arrasate-Mondragón, Zegama, Oñati, Orduña, etc., y diría cosas semejantes. Pero me basta, hoy por hoy, limitarme a Bergara-Vergara, villa fundada y aforada por Alfonso X el Sabio de Castilla y colmada de privilegios y exenciones por sus sucesores castellanos. Los mismísimos Reyes Católicos españoles le dieron unas buenas ordenanzas para que se protegiera de algunos de los parientes mayores, como los Ozaeta y los Gabiria, en contiendas interminables. En la fachada de su Casa Consistorial, del siglo XVII, en la plaza San Martín de Aguirre, franciscano mártir en Japón, luce un espléndido escudo español entre dos columnas que llevan la leyenda “Plus Ultra“. Otras dos leyendas, inscritas en los muros, una del Eclesiástés, y otra, un dicho moral clásico, en perfecto castellano las dos, adornan los extremos. Un hermoso cuadro de Ribera y un singular Cristo de la Expiración, obra de Juan de Mesa, discípulo preferido de Montañés, regalado por el vergarés Juan de Irazábal, contador real de la Armada española en Sevilla, enriquecen la ya rica de por sí iglesia de San Pedro, joya del gótico vasco. En ese templo se recuerda que allí predicó varias veces el jesuita San Francisco de Borja. Los jesuitas españoles levantaron muy cerca, en la plaza, el Real Seminario de Vergara (1597-1767) y, tras su expulsión, en el mismo recinto creó la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País las célebres cátedras científicas, de fama internacional, que duraron hasta hasta 1875; hoy es sede de la UNED y de la ikastola “Telesforo de Aranzadi”, etnólogo y antropólogo vergarés. Añadamos otro de los hijos ilustres vergareses, Domingo Martínez de Irala, Gobernador de Paraguay, en nombre del rey de España, y fundador de su capital, Asunción, a quien celebra un recio monumento en piedra, no lejos del río Deba y de la bellísima iglesia de Santa Marina. Vergara es, además, como si todo esto fuera poco, una villa-símbolo de paz y de pacificación para los españoles. Corte del rey-pretendiente Carlos V, tras ser ganada por el genio militar de Zumalacárregui, en sus campas se abrazaron el liberal Espartero y el carlista Maroto, el 31 de agosto de 1839, dos días después de que se firmara en Oñate el llamado Convenio de Vergara, al que recuerda el nombre de una calle. El general vencedor llevaría desde entonces, como su tercer título nobiliario, el de Príncipe de Vergara. Los dos generales enemigos que se abrazaban fueron compañeros de armas (los ayacuchos) en la guerra por la independencia de la América española. Mírese por donde se mire, Bergara-Vergara no puede entenderse sin España. Pero en el balcón consistorial sólo luce la ikurriña, los nombres de las calles están escritos sólo en euskara y todos los indicadores y señales de tráfico en castellano están implacablemente borrados. Cosa habitual en casi todas las villas vascas.Tan españolas por su historia hasta hoy mismo.

Amnistía Internacional y ETA

Durante años fui miembro activo y militante de Amnistía Internacional. Sus estudios, libros y boletines me sirvieron de muy útil información para mis tareas en el Parlamento de Navarra, en el Senado, en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y en el Parlamento Europeo. Tanto, que uno de mis jefes políticos llegó a decirme en Estrasburgo que, más que miembro de mi grupo, parecía agente de Amnistía. Lo que para mí fue entonces todo un elogio. Pero la deriva de tan meritoria y necesaria institución internacional en relación con ETA me obligaron a romper, con gran pesar mío, mis anteriores relaciones. Leo hoy un comunicado de AI, remitido desde su sede oficial en Londres, titulado “España: los derechos humanos no pueden esperar“, que de nuevo me llena de tristeza. Reparte, como en los peores tiempos, responsasbilidades entre ETA y el Gobierno español y lanza una carga pesada contra la ley de partidos, la bicha del independentismo terrorista y no terrorista. Pero basta, aquí también, reparar en el lenguaje maquillado e injusto que emplea, común todavía a ciertas instituciones, organismos y medios anglosajones y franceses. Por ejemplo, la banda terrorista le merece la calificación de “grupo armado” y sus “abusos contra los derechos humanos” son calificados de “presuntos“.¿Para qué más? Una lástima grande.

Alianza de civilizaciones

Bella expresión esta de Alianza de Civilizaciones, aunque casi nadie, si es que hay alguien, sabe a punto fijo qué quiere decir civilización. Unos la confunden con cultura, otros con religión, y así. Un embrollo. Por otra parte, ni Erdogan ni Rodríguez Zapatero, los dos principales promotores de la cosa, me merecen mucho crédito, ni son personajes representativos de civilización alguna: ni el primero de la musulmana, si es que el Islam es una civilización, ni el segundo de la occidental, llamada a veces cristiana. Pero, sobre todo, y es pena que pocos lo recuerden, la iniciativa es una copia tardía del Diálogo de Civilizaciones, que echó a rodar, a comienzos de este siglo, el entonces presidente de la República Islámica de Irán, otro personaje poco indicado para hablar de civilizaciones. He perdido demasiadas horas en la red, leyendo las innumerables vaguedades, lugares comunes, ingenuidades, banalidades, afirmaciones políticanmente correctas… de innumerables expertos, siempre muy bien pagados, por la ONU y la UNESCO, en innumerables congresos, conferencias, simposios, seminarios, jornadas, fines de semana…, por todo el mundo y durante cuatro años, como para que crea que algo serio vaya a salir de todo eso. De todos modos, si la Alianza sigue adelante, antes de reunirse de nuevo más expertos en más lugares, que, aprovechen ese inmenso arhivo de papel escrito por quienes se pasaron muchas horas escribiendo y hablando, no sé si pensando, sobre el Diálogo de Civilizaciones, de civilizados e incivilizados. No creo que del Diálogo a la Alianza haya mucha diferencia. Aunque parezca ésta un paso más adelante.

Están con Dios

Noviembre ha sido durante mucho tiempo para la devoción popular el mes de los muertos, el mes de los difuntos, el mes de las ánimas. Hoy día, sin abandonar la piadosa tradición, la Iglesia acentúa más el tiempo sacro del Adviento, que comienza en los últimos días del mes, uniendo la esperanza en la Venida del Señor con el tradicional fervor por los seres queridos que nos dejaron y que están, según las fórmulas del cristianismo primitivo, en el Señor, en Dios, con Dios. Cuando al cardenal Ratzinger le preguntaron, hace unos años, dónde estaban los difuntos, contestó así: “Estan con Dios. Pienso que aqui debemos abandonar nuestras categorías de localización meramente materiales. Al igual que no podemos ubicar a Dios en un determinado techo de nubes, también el muerto mantiene otra relación con la materia. La relación de Dios con el espacio material es precisamente una relación de imperio total. (…) El muerto también participa en la otra referencia espacial de Dios, que me es imposible determinar según categorías geográficas.(…) A veces se puede ver a personas capaces de conmoverse internamente al meditar en la inmensidad del océano. Así podemos percibir algo de esa superioridad espacial, de ese otro nivel de espacialidad, de la cercanía espiritual concretamente. En cualquier caso, deberíamos desembarazarnos de la idea de que el fallecido tendría que ser fijable en un punto geográfico. En lugar de ello, sería preferible decirnos: “Está con Dios”, es decir, de una forma nueva en la realidad del universo, y, de ese modo, también cerca de mí”.

Optimismo

Uno de los títulos de EP digital de ayer rezaba: “Una gran mayoría de vascos ve con oprtimismo el proceso de paz“. Se publica esto, cuando acaba de robar ETA cientos de pistolas, cuando los terroristas callejeros acaban de intentar quemar a dos policías municipales en Bilbao, cuando se dan cifras escalofriantes de las últimas extorsiones económicas de la banda, cuando arrecia la campaña contra los jueces independientes, y cuando hasta el Gobierno de la Nación se ha decidido, en medio de múltiples contradiciones, a congelar lo que apenas si se atreve a llamar proceso de paz: un verdadero proceso de autodeterminación por parte de independentistas, confederalistas, soberanistas vascos, y miembros todos del Gobierno de Euskadi. ¿Qué es eso de ver con optimismo? ¿Qué ven con optimismo? ¿La paz? ¿Qué paz? ¿El fin del terrorismo? ¿Las mesas de negociación? ¿La liberación de los presos políticos vascos? ¿La autodeterminación? ¿La soberanía?¿La independencia? La noticia, como se ve, no es nada. No es noticia siquiera. Pura propaganda. La clave está en la palabra optimismo. Lo que me extraña más es que se mencione sólo a los vascos, y no a las vascas.

Las raíces

La botánica metáfora de las raíces, exagerada y hasta demagógicamente utilizada, nos está trayendo a mal traer. El economista y profesor catalán e internacional Xavier Sala i Martin enlaza la abusada imagen con la falta de flexibilidad: “Existe un exceso de arraigo al suelo y a un único sector de la producción. Uno nace en Olot, va a la escuela en Olot, crece en Olot, se casa en Olot, trabaja en Olot, tliene hijos en Olot, sus nietos nacen en Olot… y eso está muy bien si eres un árbol, pero no si compites en un mundo global. Falta movilidad“. La movilidad y la flexibilidad tienen poco que ver con la burocracia, y España es un país burocrático por excelencia: de 200 países, somos el 142, después del Reino de Tonga! La falta de flexibilidad y de movilidad mental nos lleva a que aceptemos perezosamente que los mejores futbolistas cobren más, cobren escandalosamente, sin que abramos la boca ni movamos un dedo, y no aceptemos a la vez la misma medida, ni de lejos, en otros sectores del vivir. La falta de movilidad, de flexibilidad, de crítica y autocrítica, de libertad intelectual, en definitiva, nos hace tener unas universidades funcionariales sin ambición ni competitividad. O que hasta demos por bueno que la proteccionista Unión Europea tenga todavía hoy en su presupuesto un 40% para subsidios agrícolas, con un 1% de agricultores, colaborando así a la pobreza de un continente como África, objetivo predilecto, por otra parte, de permanente cháchara demagógica. Oh, las raíces! Bien se están donde están, pero, la verdad, no somos árboles, ni arbustos siquiera.

Pre-ecuménico

Ayer tarde me tocó hablar en el Congreso internacional sobre Los mundos de Javier, celebrado en Pamplona los días 8 al 11. Me puse como título: San Francisco de Javier, un precursor pre-ecuménico, y durante meses he ido estudiando detalladamente, fijándome sobre todo en sus Cartas, su pensamiento y actuación de evangelizador europeo, nacido en Javier, educado en París, influido sobre todo por Ignacio de Loyola, e inserto, como misionero por Asia, en el ámbito del Padroado portugués. Eran algunos de los límites objetivos que explican sus limitaciones personales, que fueron muchas, sobre todo en relación a lo que hoy llamamos ecumenismo. Quienes hacen de toda biografía hagiografía y quienes confunden el siglo XVI con el XXI seguro que no tolerarán un discurso parecido. Pero está ya uno harto de que todo sea cultura e intercambio cultural y no pueda ser nadie algo si no sirve al encuentro de las culturas o al diálogo de civilizaciones! Ya el profesor de Misionología en la Universidad Gregoriana de Roma, el jesuita navarro Prudencio Damboriena escribía hace mucho tiempo que los primeros años familiares del santo, sus estudios y su formación teológica y ascética “constituían todo menos una preparación para crear una mentalidad, si no favorable, al menos abierta a las religiones no cristianas. Todo lo que su vocación a misiones tuvo de hermosa y espontánea tenía de improvisada desde el punto de vista de ambientación antropológica para la tarea que se le encomendaba“. Después de él vendrían los también grandes misioneros jesuitas, como Valignano, De Nobili, Ricci y los jesuitas franceses, alemanes y flamencos, que misionaron la China del siglo XVII, antes de que aquella audaz, evangélica, y entonces, sí, ecuménica aventura se cortara de raíz, con fatídicos resultados. Precursor: el más generoso y heroico de todos. Pero pre-ecuménico.