Archivo por meses: febrero 2015

La fe reducida a fanatismo

 

          Leo una larga entrevista en EP al excelente novelista que es Javier Marías; entrevista de omni re scibili, y la verdad es que me quedo con poco de sustantivo y hasta de sustancioso de todo lo que responde este hombre, que parece saber y poder responder de todo, sin siquiera manejar el ordenador. Por ejemplo, de superpoblación, donde lo único que parece sublevarle es que la Iglesia católica  condene el condón. Sólo eso. Me parece que está un poco despistado Marías, no diré sobre la teoría, ya muy varia, sino sobre la praxis, que no es lo que era, hombre de mundo… Pero de la superboblación pasa a la Iglesia, y ya salió: Lo peor no es sólo que siga esta Iglesia, lo peor es que han vuelto con fuerza algunas que parecían más en sordina. No dice cuáles. Deben de ser más primitivas, más supersticiosas aún que la católica, acompañadas, además, por un fanatismo exacerbado. ¿Será el Islam? No se atreve tal vez a decirlo, digo. Lo que le preocupa es  un futuro cada vez más religionizado, que es lo contrario de lo que otros muchos entrevistados suelen afirmar. El entrevistador, que se sabe de carretilla la fórmula, le pregunta entonces, provocador, si habrá religiones cada vez más fanatizadas y extendidas o apuntan a su desaparición gracias a la ciencia y al conocimiento. Y el hijo de aquel gran filósofo y hasta teólogo, de aquel gran cristiano, que fue Julián Marías, a quien cita también su hijo en esta entrevista-río, contesta sin inmutarse: Difícil saberlo, de aquí a cien años. Pero, dada esa regresión, no me extrañaría que el fanatismo, y la fe, que siempre es una forma de fanatismo, creciera en todos los ámbitos.- Asi que, como quien no quiere la cosa, nos llama fanáticos a todos los creyentes, hasta a su mismo padre. Y, si no se refiere sólo a la fe religiosa, sino a la fe, sin más, se llama fanático a sí mismo, porque la vida en su conjunto exige tantos actos de fe, de confianza y de seguridad en aquello y en aquéllos que no conocemos, que no vemos ni experimentamos por nosotros mismos, que nadie se libra cada día de mil actos de fe, de confianza, de fideísmo, de credulidad…  Asi que, de nuevo…,  todos fanáticos.

El microbio de la TV

 

                Otar Joseliani (Tblisi, 1934), el cineasta georgiano, influenciado por Tati, Buñuel, Keaton o Renoir, siempre crítico con el cine comercial y comercializado, ha estado en Pamplona  presentando varias de sus películas en el Festival Punto de Vista; le ha horrorizado ver después de muchos años la nueva capital navarra (se supone que desde el punto de vista arquitectónico y urbano), y ha hecho unas cuantas declaraciones a la prensa, en una de las cuales ha dicho una cosas muy sensata aunque incompleta: La televisión ha inyectado ese microbio que destruye todo lo que implique pensar. Se trata de una catástrofe intelectual y moral.- Más que inyectar un microbio, la televisión ha sustituido en muchos casos el pensamiento, se ha hecho no tele-visión (visión de lejos) sino  visión de cerca, y hasta toda la visión de la vida, sin dejar lugar a pensamiento alguno, y menos aún a cualquier pensamiento crítico con lo que allí se piensa, se dice, configura, se alaba, se denigra, se proclama, se define y se dicta. Los tele-videntes son, en esos casos,  los uni-videntes, los  toti-videntes, los soli-videntes. Y en verdad, no hay catástrofe intelectual y moral más grande que la falta de pensamiento propio, autocrítico y crítico, que es la  primordial característica del ser humano.

Ucrania (Minks, II)

 

         De nuevo el alto número de victimas  de la oscura y cruel  guerra en Ucrania, a las puertas de la Unión Europea, ha  obligado a las potencias más interesadas a una nueva tregua, en la capital de Bielorusia, que no es todavía la paz. Y es difícil que lo sea mientras Kiev siga queriendo acercarse a la UE y a la OTAN, y Moscú quiera alejarla de ellas con la misma fuerza y decisión, mientras los separatistas del Este de Ucrania sigan ganando terreno y abriéndose un pasillo hacia Crimea para así fortalecer el territorio prorruso y ruso. Por otra parte, la propuesta de Putin de federalizar Ucrania, que en teoría podría sastisfacer las ansias de autonomía de los ruso hablantes del país, dada la  decidida voluntad de éstos de ser parte de Rusia, sería, más  bien, un paso más, una forma legal de llegar, pacíficamente, a su objetivo soñado, que es la separación de Ucracia y la unión con Rusia, lo que por nada del mundo desean  la mayoría de los ucranianos, la Uniön Europea y los Estados Unidos de América. Difícil y tensa situación: angustiosa al no prever salida alguna visible,

 

 

 

Entre los escándalos y la injusticia

 

          A estas alturas, no podemos sino ponderar y lamentar el inmenso daño, ya irreparable, que los pederastas han hecho a la Iglesia y a la sociedad. Afortunadamente, en la cabeza de la Iglesia hay ya personas que han acabado con las vacilaciones, las contemplaciones, las  complicidades, los falsos respetos, las cobardías… A eso hemos de sumar, cosa casi inevitable, y consecuencia obligada de lo anterior, la inmensa injusticia de generalizar el abominable vicio en la comunidad eclesial y de endilgar a todos sus miembros los crímenes de unos pocos, aunque sean demasiados. Por mucho tiempo, mucha buena gente asociará pederastia con curas y frailes, con Iglesia,  en definitiva, acostumbrada como está a tener de ella una única, injusta y falsa información, que casi siempre tiene que ver con excesos, abusos y cosas así. Desgraciadamente los medios informativos pocas veces le traen noticias sobre acciones, proyectos, movimientos, realizaciones admirables y aun heroicos que se llevan a cabo en su seno. Repartidos por los parajes más agrestes u hostiles del mapa -escribe un escritor católico español-, una legión de hombres y mujeres de apariencia humanisima y de espíritu sobrehumano contemplan cada día el rostro de Dios en los rostros acribillados de moscas de los moribuenos, en los rostros tumefactos de los enfermos, en los rostros llagados de los hambrientos, en los rostros casi transparentes de quienes viven sin fe ni esperanza. (…) Un día descubrieron que Dios no era invisible, que su rostro se copia y multiplica en el rostro de sus criaturas dolientes, y decidieron sacriifcar su vida en la salvación de otras vidas, ofrendando su vocación en los altares de la humanidad desahuciada.  Y no sólo en India o Sudán, en Nueva Guinea o en el Zaire, sino muy cerca de nosotros, entre nosotros mismos.

“Podemos”, en indicativo e imperativo

 

¿Primera persona plural del presente de indicativo del verbo Poder, o primera persona plural de imperativo del verbo Podar? Todo está por comenzar y por decidir en el nuevo partido-movimiento. Si se decanta sobre todo por poder hacer, construir, en pro de la sociedad, o de la gente, como dicen sus líderes, o se van a contentar, o insistir demasiado -lo necesario siempre es bueno- en podar las ramas podridas o sobrantes de lo que llaman injusta, provocadora y temerariamente, casta y hasta mafia.

“Y tengo por mayor merced…”

 

          Y tengo por mayor merced del Señor un día de propio y humilde conocimiento, aunque nos haya costado muchas aflicciones y trabajos, que muchos de oración; cuanto más que el verdadero amante en toda parte ama y siempre se acuerda del amado. ¡Recia cosa sería que  sólo en los rincones se pudiese traer oración! (…) Y créanme, que no es el largo tiempo el que aprovecha el alma en la oración, que, cuando le emplea tan bien en obras, gran ayuda es, para que en muy poco espacio tenga mijor disposición para encender el amor, que en muchas horas de consideración. Todo ha de venir de su mano. Sea bendito por siempre jamás.

         ( Santa Teresa de Jesús,  Libro de las Fundaciones, 16-17)

 

Equipo Crónica

 

          Después de contemplar en el Bellas Artes de Bilbao, la abundante y  espléndida exposisión, repartida por  los diferentes ciclos, del nacional e internacionalmente conocido Equipo Crónica (Valdés y Solbes), entre los años 1964-1981, me viene a la mente resumir tan  ingente obra, por otra parte tan variada, con uno de sus títulos principales: Las estructutras cambian, las esencias permanecen. Y para dar fe de ello ahí está el cuadro La rendiciónde Torrejón, o las dos esculturas tituladas El morrosko de Olivares.

Últimos aforismos

 

El que no sabe lo que busca nunca se satisfará con lo que encuentra.

– Todo régimen, cualquier régimen en cualquier sector de la vida, se quiebra, cuando su legitimidad se pone en duda; cuando no se llevan a cabo las reformas anunciadas, y cuando se  desunen sus dirigentes.

–  A los que hay que gritar es a los sordos.

No víctimas, héroes

 

         Arcadi Espada lo titula en su muy popular cuaderno de bitácora (“blog”): Modesta proposición para que Joseba Pagaza deje de morir, con ocasión del aniversario de su asesinato. Y a renglón seguido escribe: Dejemos de hablar de víctimas, Joseba, os lo propongo. Su último trabajo innoble, que prosigue más allá de las armas, es haber llenado “víctimas” de victimismo. Hablemos de nuestros héroes. De los que cayeron defendiendo la libertd y la igualdad, y ejerciéndolas. De héroes y de su heroismo. Traigamos a nuestros muertos en vida, pletóricos, felices, valientes. Quitémonos el luto y que nos acompañen para siempre, luminosos.- Claro que sí. Y a la libertad y a la igualdad añadamos la fraternidad y todos los demás principios, valores y virtudes. Y sobre todo la españolidad, puesto que, por españoles, los mataron y no por otra cosa: por ser, por representar, por simbolizar… la España odiada y execrada por sus matarifes y matones. Por testigos (mártires, en griego, en latín y en español) de esa España, libre, igual, fraterna, pacífica, unida, diversa, etc.

Holocausto en Irak

 

En un territorio tan extenso como las Islas Británicas, entre Irak y Siria, siguen las decapitaciones, los secuestros, las violaciones de niñas y mujeres, las crucifixiones… Algunos periodistas comparan su suerte con la de Polonia en 1943: mientras los polacos no judíos se divertían con una función extraordinaria del circo en Varsovia, se acometía la matanza final en el Barrio judío. En sólo diez años los cristianos de Irak ha pasado de dos millones de personas a 200.000. Entre la guerra de Irak y las represiones que la siguieron, el éxodo se hizo incesante. Pero en estos dos últimos años llegó lo peor: El Estado Islámico se propuso acabar con ellos  y con otra minoría, la yazidí.  Desde Mosul, de Qaraqos y de otras poblaciones de mayoría o de fuertes minorías cristianas yazidíes, deambularon dcías y días  por las montañas de Nínive para llegar a un lugar seguro donde el dilema no fuera convertirse al Islam o ser degollados (los varones) y  convertidas en esclavas sexuales (las mujeres). Miles y miles de los que escaparon a la muerte y no han podido escapar más lejos, viven en campos de refugiados en Turquía o en el Kurdistán irakí, en condiciones miserables. Sus historias son espeluznantes. Empresarios, obreros, médicos, ingenieros, funcionarios, profesores, agricultores, comerciantes… se sienten abandonados, víctimas de la política internacional, y se preguntan dónde están los defensores de los derechos humanos en el mundo. Con menos motivo, se lamentan, se movilizó, en ocasiones recientes, la opinión pública europea y americana y se arremetió contra los causantes del mal. Pero ellos están demasiado lejos. Son sólo minorías insignificantes. No son clave de algo. Son nadie. Son nada.