Archivo por meses: febrero 2015

El trampantojo de Bosch

 

          La verdad es que, cuando se lo oí por primera vez, hace unas semanas, pensé que se trataba, si ya no de una broma de mal gusto, sí, acaso, del despiste de un joven profesor catalán de economía, que viene de Finlandia a la universidad pública de Navarra y no sabe bien qué es Navarra, donde enseña desde hace unos pocos años, o no sabe la importancia que aqui ha  tenido el  terrorismo etarra, HB y sus muchas marcas, entre las que está la actual de Bildu. Pero no: le he oído después repetir varias veces la monserga, y ayer mismo, en presencia del mismísimo Errejón, número dos de Podemos, ha oficializado su tramposo proyecto: proyecto colectivo, como se ve. Se trata de cambiar el nombre del nuevo partido Podemos, todavía sin nacer en Navarra, por Navarra si puede, para -aunque él no lo diga expresamente- poder pactar alegremente con el partido independentista vasco Bildu, y no digamos con el confederalista-independentista Geroa Bai y la indefinible Izquierda-Eskerra, y al mismo tiempo, ser solidarios (sic) con la gente de Cádiz, Zahara de los Atunes, Albacete o Parla y no poner en riesgo la posibilidad de un cambio también en el Estado. Al catalán Joan Bosch le quema la boca la palabra España y siempre la llama -error garrafal gramatical y político- Estado, como un independentista cualquiera. ¡Y esto lo aprueba o, tal vez, lo sugiere la dirección patrióítca española de Podemos!, (ahora que a Pablo Manuel Iglesias Turrión le ha dado por llamar reiteradamente patria a España, cosa que la izquierda española, salvo raros dirigentes, había olvidado desde Indalecio Prieto y los poetas comunistas de la guerra civil y de la inmediata posguerra). Y para no perderme hoy por hoy en otros berenjenales, me pregunto: ¿tan pobre idea tienen estos chicos, que nos prometían novedades y renovaciones, de la salud mental de los navarros y del resto de los españoles, aunque sean de Cádiz, Zahara de los Atunes, Albacete o Parla? ¿Es posible novedad o renovación alguna queriendo a la vez echar del Gobierno foral a quienes ellos llaman mafia, de la mano de los que son tan viejos como Caín?

¡Todos iguales!

 

          En una entrevista con los lectores de EP, Albert Rivera responde así a quien le pregunta si suprimiría el concierto económico vasco y navarro (el lector no distingue, por lo que se ve, entre concierto vasco y convenio navarro): Creo que el sistema de recaudación de impuestos de un Estado debe tener responsabilidad fiscal por parte de entes autonómicos y locales, pero dentro de una caja única común, como en los paìses federales. En este modelo federal no caben privilegios territoriales ni las haciendas provinciales independientes. Por eso proponemos que las haciendas forales se integren en el modelo autonómico para ser todos iguales y para luchar mejor contra el fraude fiscal en España y Europa. Es decir, y para mi sorpresa también, Rivera aparece con estas declaraciones del 6 de febrero de 2015, mucho más centralista que Cánovas y Sagasta, que Silvela, Bergamín, Villaverde, Moret, Maura, Canalejas, Romanones, Dato, Primo de Rivera y Calvo Sotelo, Prieto, Azaña, Lerroux, Franco y sus muchos ministros de Hacienda, Suárez,  L. Calvo Sotelo, González, Aznar, R. Zapatero y Rajoy. Y lo que es peor ¡Albert Rivera no sabe cómo se ha hecho España y desconoce el inmenso riesgo de pretender deshacerla, pretendiendo hacernos a todos iguales!

¿No te avergüenza tu avidez…?

 

         Leo con pasión el libro del psicólogo, psiquíatra y novelista norteamericano Irvin D. Yalom El problema de Spinoza, una exaltación vigorosa, tal vez demasiado acrítica, del filósofo judío portugués-holandés y su relación, a través del túnel del tiempo imaginario, con el nazismo hitleriano. Hoy me encuentro con una cita que el maestro de griego de Spinoza en Amsterdam hace de la Apología de Sócrates, de Platón, uno de  mis libros preferidos, pero al que tengo un poco olvidado hace algún tiempo. La cita, de resonancias evangélicas, es ésta:  ¿No te avergüenza tu avidez por poseer toda la riqueza, la fama y los honores posibles, mientras no te cuidas de dedicar un solo pensamiento a la sabiduría o la verdad, o al mejor estado posible de tu alma? La cita me causa una profunda impresión. Y me quedo un largo rato suspenso, como pocas veces me sucede, y menos en una novela.

¿El Estado en vilo?

 

Leo esta perla en un diario nacionalista vasco de Pamplona: El Estado en vilo por las fuertes lluvias y vientos.  El fanatismo comete  estragos, y entre ellos está el de escribir mal. Por no decir o escribir la nefanda palabra España (que es también Geografía), dicen y escriben Estado, que es sobre todo Derecho administrativo. ¡Y al Derecho administrativo, ay, no lo ponen en vilo las lluvias y los vientos!

Fin de las inmatriculaciones

 

          La ley hipotecaria de 1946 equiparó en su artículo 206 a la Iglesia Católica con los funcionarios públicos a la hora de poner a su nombre una propiedad, y en virtud de esa ley la Iglesia pudo registrar durante años muchas de sus propiedades. Quedaban exentos, por el Reglamento Hipotecario los templos católicos, de posesión inmemorial y pública. Por ello el primer Gobierno de José María Aznar permitió en 1998 que pudieran inmatricularse esos templos, desde catedrales a ermitas. La inmatriculación no es ni más ni menos que una forma cualificada de acreditar la posesión en el tiempo, es decir, la figura civil de la prescripción adquisitiva de un bien que no aparece inscrito en el Registro de la Propiedad a nombre de persona alguna. No parece que haya nada de inconstitucional en todo ello, y, por eso, en casi todas las demandas judiciales, que no han sido pocas, los jueces han dado la razón a las autoridades eclesiásticas. La nueva ley hipotecaria, que ha preparado el  Gobierno del PP y que se encuentra en trámite parlamentario, ya no cita a la Iglesia Católica. Entrará en vigor un año despuès de su publicación en el BOE. Lo que quiere decir que a partir de entonces no bastará para la inmatriculación de cualquier inmueble el certificado de la autoridad eclesiástica y el visto bueno del registrador, sino que aquélla tendrá que presentar pruebas concretas de posesión pacífica durante el tiempo anterior, lo que se llama “un expediente de dominio”, y atenerse a la sentencia judicial. No tiene, pues, sentido lo que defienden algunas plataformas contrarias a la Iglesia: que la ley se aplique con carácter retroactivo, puesto que los registradores de la propiedad han tenido durante todos estos años potestad para negar cualquier inscripción, a pesar del certificado canónico y, fuera de alguna excepción, no lo han hecho. La mayoría de las leyes de Patrimonio Histórico de las Comunidades Autónomas reconocen también la propiedad de los bienes eclesiásticos a favor de la Iglesia.

Democracia e Islam

 

         No hay más que ver la involución de Países que podían ser una esperanza en la lenta marcha del Islam hacia la democracia: Turquía, Egipto; esta misma semana, Túnez… El Estado musulmán sigue siendo una comunidad religiosa y se basa en instituciones y jurisprudencia totalmente confesionales. Como un día fueron los Estados católicos, luteranos, calvinistas, anglicanos, ortodoxos… Recordemos que nuestras sociedades pluralistas y nuestros Estados aconfesionales o laicos surgieron, en buena parte, de los conflictos religiosos, que hicieron derramar demasiada sangre en casi todos los Países. Hubo, sí, ocasionales edictos de Nantes, treguas, tratados, paces y componendas entre unos y otros, pero la verdadera libertad de pensamiento y acción no llegó hasta finales del XVIII en unos pocos Países, y en la mayoría de ellos hasta el siglo XIX y XX. Países heraldos de las libertades, como Suiza, Inglaterra, Noruega… prohibieron hasta hace bien poco la entrada a los jesuitas. Y todavía en algunos de los Estados más permisivos del mundo en todos los sectores de la vida, como Holanda, Reino Unido y los escandinavos, exigen sus constituciones o costumbres para sus monarcas la confesión de una fe “nacional”. Tengamos, pues, en cuenta todo esto para entender la resistencia de los Estdos islámicos al cambio de paradigma, de sistema social y de constitución política. Es cierto que el mundo en que vivimos no es comparable con el mundo que fue, y que los procesos históricos se mueven a un ritmo insospechado hace bien pocos años. Pero se trata de estructuras mentales, habituales y de acción, profundas,  medulares, constitutivas y fundamentales en cada País y en cada sociedad, muy difíciles de mover y mucho más de remover.- Lo que no quiere decir en absoluto que dentro de esas estructuras básicas puedan tener lugar y menos acomodo terrorismos yihadistas y movimientos de ese jaez, autores de crímenes de lesa humanidad, que deben ser combatidos, con el Derecho de gentes en la mano, por todos los Estados del mundo, sean cuales sean sus denominaciones y sus regímenes.

El asalto a la Ciudadela

 

         Desde el ventanal norteño de mi casa he visto a la nieve de febrero asaltar por las bravas; tomar enteramente, sin resistencia alguna, y pacificar con sosiego y apacibilidad los contrafuertes, los revellines y los baluartes de la Ciudadela de Pamplona. La nieve es ahora la que ocupa, domina y transfigura la arrogante Fortaleza. Los símbolos de la guerra se rindieron para siempre, y una paz blanca y silenciosa suena y se extiende a todos los contornos.