Archivo por meses: marzo 2012

De civilizaciones

Hace pocas fechas un ministro francés fue acusado de nazi por haber dicho que todas las civilizaciones no valen lo mismo. Pienso al revés: que en todo caso, podría llamarse nazi o cualquier otra cosa menos terrible -qué dados somos a los excesos-, a quien dijera que todas las civilizaciones valen lo mismo. Sólo que no hay civilizaciones. Civilización sólo hay una. Tampoco culturas. Yo diría: subculturas. Por eso me atrevo a decir muy tranquilamente, poque estoy diciendo una enorme realidad, en el grado de evidencia, que todas las subculturas no valen lo mismo.

De huelga general

¿Quién no la preveía? Hasta el presidente del Gobierno la pre-anunció antes que nadie. ¿Cómo no iban a convocarla, los sindicatos obreros, tan mansos durante los años decisivos de la ruina nacional, diciendo lo que dice la reforma laboral, con un Gobierno de derechas, que ha ganado casi todas las elecciones en toda España por mayoría absoluta, en medio de un clima europeo tan propicio a la huelga general -Grecia, Francia, Portugal, Reino Unido…-, y en medio de una crisis social y económica que afecta directamene a los mismos sindicatos, a los que directamente toca también la reforma? Pero lo que no tiene perdón es que, tras tergiversar la realidad aduciendo que el Gobierno no se ha sentado a dialogar con ellos -¡el patrimonio del honor!-, es que hayan elegido la misma fecha elegida hace tiempo por los dos sindicatos independentistas vascos, y uno de ellos brazo sindical de ETA durante tanto tiempo: el 29 de marzo. Es un dato, que no he visto subrayado por los comentaristas más ruidosos, siempre tan faltos de memoria. Es decir, quieren asegurarse  la victoria al menos en un triángulo de España. ¡Pero a qué precio en este momento político! Una huelga, y más si es general, no sólo contra el Gobierno, sino contra el Estado, organizada por LAB y ELA, es siempe una huelga política, una huelga independentista. ¿Esto les parece cosa menor a CCOO y a UGT? Pues, es todo un síntoma de su salud social y política.

Una futura Euskadi democrática

Escribía, hace unas fechas, Eduardo Uriarte en EP del País Vasco que es muy posible que la violencia de ETA haya desaparecido pero que sus seguidores han conseguido, ante un torpe comportamietno del resto, evitar que dicha ausencia suscitara un movimiento de reflexión social sobre la maldad del terrorismo y del proyecto político generado por él. Y ponía como ejemplo el empeño del PNV y del PSE-PSOE por adherirse a la reivindicación secular etarra del reagrupamiento de presos, a la que ahora podríamos añadir el empeño del presidente López por montar no sé qué foro de negociación, que lamentablemente se parece mucho a la suprema reinvindicación de ETA y sus secuaces por montar las mesas, ya previstas y pre-negociadas en el infausto  y fracacaso proceso de paz de Eguiguren y Zapatero. Sin esa reflexión colectiva, pensaba Uriarte, no habrá lugar a una Euskadi sustentada en valores democráticos, sino que lo será sore las pervesiones ideológicas que promovieron el terrorismo: Llega el momento de avisar -concluía- que tampoco hay lugar para excusas fatalistas como la de que la sociedad vasca está enferma. No; si está enferma, es porque la enfermedad nos ha inoculado la indolencia, el pragamatismo y el oportunismo de muchos que nos dirigen, incapaces en su confusión de hacer frente a reto tan importante. Pues la nueva etapa histórica no se abre porque ETA diga que ha dejado de matar; se abrirá si la sociedad vasca es capaz de condenarla.

Permisividad-violencia

¿Una permisividad intelectual y práctica extrema del aborto, concebido no pocas veces como un método anticonceptivo más, cuando no convertido en santo y seña de progresía y modernidad (“¡Yo también he abortado o ayudado a abortar!”) no puede ser entendido como violencia estructural? Pero la sola hipótesis enfurece al poderoso grupo de presión femenino-masculino: perdería una de sus señas de identidad más patrimoniales.

Luis Eduardo Aute, pesimista

Eun una revista tan seria, tan actual y tan bien hecha como El Ciervo, el cantautor, poeta, pintor, guionista y director de cine Luis Eduardo Aute nos da una lección de amargo pesimismo. Para él, el concepto de mercado ha invadido totalmente cualquier tipo de lenguaje expresivo, tanto el cine como la literatura, como la poesía, pobrecita mía, prácticamente no existe… (…) Hay poco ámbito para buscar lo insólito, para alcanzar ese otro estadio que pudiera haber al otro lado del espejo; prima lo inmediato y, sobre todo, satisfacer las apetencias del mercado. Y poco más adelante: Trabajar para satisfacer al mercado y al poder del dinero es una barbaridad. Nunca se dio una situación como la de ahora. La gente de la cultura, de los medios, de la política o de la ciencia, trabajaba pensando en mejorar a situación del pueblo, siempre ha sido así, no era fortuna lo que se buscaba, sino desarrollo cultural y, si eso producía beneficios, pues qué bien, pero ahora es al revés, el objetivo inmediato es hacer fortuna supeditando todo el ámbito de supervivencia cultural a los intereses y a los beneficios inmediatos. Incluso para ser rico hoy no vale plantearse hace un negocio y tener beneficios de aqui a dos años o a un año, no, hay que tener beneficios hoy mismo. Es una locura, estamos viviendo un auténtico delirio.-Hace mucho tiempo se nos deijo que el pesimismo era cosa de derechas, y hasta de extrema derecha. Pues ya se ve que hay excepciones, De todos modos el lenguaje de Aute revela una exageración, un exceso, que se da de bruces con el principio de realidad. Ese nunca y ese siempre son reveladores. ¿Quién sabe eso? Y luego esos adverbios o frases totalizantes, como totalmente y todo el ámbito de supervivencia cultural; o sustantivos del mismo cariz, como locura o delirio. Menos mal que en un punto de la entrevista, al contestar a la pregunta de cómo se arregla el que nos parezcamos, según él, más a las bestias que a los seres humanos, deja ver un rayo de esperanza:Yo creo que que hay que tocar fondo. Cuando toque fondo se retomará el sentido de las cosas de la vida. Lo que pasa es que hemos caído mucho ya, y seguimos cayendo.

La “penosa” entrevista con Pujol

¡Ahora resulta que el nacionalista catalanista autonomista de toda la vida, el amigo del rey de España, el adalid de la gobernabilidad española, el sostén y báculo del PSOE y del PP cuando hiciera falta, con tal de que Cataluña se quedara con los réditos correspondientes, el español del año elegido por el ABC y aceptado sin muchos ascos…, el eximio Jordi Pujol se nos ha hecho separatista y votaría, en un hipotético referéndum, a favor de la independencia de Cataluña! Como ese pastor de ovejas, venido de Jaén, que apareció en el progama como un deus ex machina, más pujolista que pastor, para decir lo mismo. Jordi Évole, nacido en Cornellá, el Follonero, alma del programa Salvados, uno de los programas más vivos, realistas y entretenidos de toda nuestre televisión, consiguió retratar la contradicción del ex presidente autonómico catalán en forma de bravatas sin argumentos, de decepción sin causa, de preocupación, de duda, de remordimiento, de penosidad. No es cierto que la sentencia del Tribunal Constitucional haya sido la madre del cordero, sentencia que no hace más que trazar los límites constitucionales que el segundo Estatuo también había traspasado. Hay que ir hasta la Declaración de Barcelona, de 1998, cuando, tras la senda de ETA-PNV y su Pacto de Estella, se desviaron Convergencia y el BBG (Galeuzca) y se declararon para empezar confederales, sin decirlo claro. Allí pidieron y exigieron a la Constitución española lo que ella no puede dar, saltándose a la torera el carácter plural de la Nación española -frase histórica del catalanista, padre de la Patria, Miquel Roca i Junyent-, negando a España el carácter de Nación y apropiándose ellos solos del talismán del concepto y de la palabra. Luego todo ha sido victimismo, protesta, colaboración-no colaboración, repudio del PP y pacto con el PP, acuerdos y desacuerdos con Esquerra Republicana, vergonzantes referéndums independentistas, acuerdos con el PSOE y rechazo del PSOE-Tripartito catalán… No me extraña que una conversación a fondo de la España cotidiana (Jordi Évole) con ese hombre, culto, inteligente, español ahora en la intimidad y catalanista de bandera, recocido en su contradicción, tenga a la fuerza que ser -como lo repitió el personaje al fin del programa, visiblemente trastabillado- verdaderamente penosa.


El consejo de Maquiavelo

Según algunos politólogos españoles, la victoria del PP en las últimas elecciones generales tuvo más un carácter reactivo o incluso punitivo que proyectivo, fue más una sanción al Gobierno saliente que una confianza depositada en el Gobierno que había de sustituirlo. De ahí que al nuevo líder le toque construir un relato nuevo, un relato que no puede ser muy liviano ni optimista en una situación económica dramática. Y aqui viene el inevitable Maquiavelo, que aconseja al príncipe, al final del capítulo VIII del libro escrito para su cabecera: Es  menester, pues, que el que adquiera un Estado ponga atención en los actos de rigor que le es preciso ejecutar, a ejercerlos todos de una ssola vez e inmediatamente, a fin de no verse obligado a volver a ellos todos los días, y poder, no renovándolos, tranquilizar a sus gobernados, a los que ganará después fácilmente, haciéndoles bien. El que obra de otro  modo, por timidez o guiado por malos consejos, se ve forzado de continuo a tener la cuchilla en la mano, y no puede contar nunca con sus súbditos, porque estos mismos, que le saben obligado a proseguir y a reanudar los actos de severidd, tampoco pueden estar jamás seguros de él. Precisamente porque semejantes actos han de ejecutarse todos juntos porque ofenden menos, si es menor el tiempo que se tarda en pensarlos, los beneficios, en cambio, han de hacese poco a poco, a fin de que haya lugar para saborearlos mejor.


Problemas que son lecciones

El cantautor, escritor y filósofo argentino Facundo Cabral, asesinado hace un año,  escribía cuando luchaba con una ceguera acechante, después de una vida tormentosa, llena de desgracias familiares y personales: La vida no te quita cosas; te libera de cosas. Te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela. Por eso lo que llamas problemas son lecciones. Aunque sean problemas, añado yo.

Una Iglesia autocrítica

El último libro del profesor vasco de moral social José Ignacio Calleja, Los olvidos “sociales” del cristianismo nos pone de relieve, con inusitada audacia, demasiado reiterativa tal vez, los olvidos, las ocultaciones, los excesos, los unilateralismos, las obsesiones, las manías, los abusos…, no del cristianismo como tal, sino de la Iglesia, recalcados por un hombre de Iglesia militante, por un buen servidor cotidiano que la ama profundamente. Me llama la atención sobre todo, dejando por ahora otros aspectos más sabidos y resabidos, la crítica a la doctrina habitual de los dos últimos papas sobre  el relativismo religioso y moral, cuyo antidoto indispensable para los dos pontífices es sólo y únicamente la adhesión a los valores del cristianismo, lo que al autor le parece que hace imposible la laicidad política. Una crítica severa merecen, según Calleja, muchos pronunciamientos públicos de la Iglesia sobre cuestiones morales, porque una cosa es la luz de la fe y otra la luz de la razón, y los argumentos basados en la ley natural son de razón y no de fe. Al autor le desagrada mucho igualmente la reticencia de cierta Iglesia frente a la ética civil, tan necesaria en una sociedad democrática, plural y muchas veces laica. Como le desagrda y le irrita el que muchos se piensen todavía dueños o servidores de un saber revelado que nos ahorre cualquier mediación técnica para enjuiciar la realidad social, cuando nuestro lenguaje social no puede menos de estar construido con los útiles de las ideologías sociales, de las que no podemos prescindir en nuestra vida. Un autocrítica, como se ve, hecha desde dentro, con lucidez en general y a ratos con cierta ingenuidad, cuando no con cierta falta de autocrítica de su misma crítica. Una labor encomiable.


Acción directa

Oí ayer por televisión a unos jóvenes que participaban en una de las refriegas violentas en las calles de Barcelona gritar:¡Acción directa! ¡Acción directa! Éste fue el lema sagrado del anarquismo para significar desde un nuevo estilo sindical hasta una consigna revolucionaria de acción inmediata. Toda una tradición romántica del anarquismo, desde las hagiografías de  Bakunin, pasando por la historia de Anselmo Lorenzo, hasta la exaltación por Carme Chacón del anarquismo aragonés de su abuelo nos han hurtado la vista, directa también, de la tragedia que fue la acción directa, violenta casi siempre, del anarquismo español, que durante la Segunda República tuvo sus momentos fuertes en diciembre de 1932, enero y diciembre de 1933, octubre de 1934 en Asturias y en la revolución sangrienta y feroz de 1936-1939. Esos gritos en la Barcelona de 2012, mientras se quemaban contenedores y coches, se levantaban barricadas y se destruían bestialmente los comercios más cercanos, me sobresaltaron. Toda una historia funesta y repetida se me vino encima. ¡Que no sea el lema de los próximos meses!