Archivo por meses: marzo 2012

Ocho poetas navarros

Mi amigo Javier Asiain, uno de esos ocho, me envía el precioso libro, editado y presentado en Madrid, de 196 páginas, en el que se recoge la antología de ocho poetas navarros, maduros jóvenes o jóvenes maduros, desde los 37 a los 57, algunos de los cuales ya estaban en la antología, que publiqué sobre poetas navarros del siglo XX, en 1903. ¿Quiénes son los nuevos y qué dicen, cantan o lloran? Por ahora, importa menos. Lo que ahora me importa es hacer patente el gozo que me causa esta nueva antología, o floración, a la que seguirán otras y otras. La poesía de los poetas navarros sigue viva, tal vez más viva que nunca, y sobre todo vivificadora, dentro de los pequeños ámbitos en los que se le deja vivir. Qué bien que los poetas de hoy tengan unas posibilidades de creación, promoción, edición, distribución y recepción que nosotros no tuvimos, aunque hicimos lo posible por tenerlas. Espero que algo de lo que hicimos haya servido de algo y siga sirviendo en los años próximos. Contenidamente, claro porque, como escribe JA: Escribir es desangrarse / y la Poesía es siempre / un acto heroico.

Una huelga general

La huelga política que pretenda ser general, y toda huelga política suele pretenderlo, no tiene más remedio, por definición, que ser coactiva, con mayor o menor violencia. De ahí, los piquetes informativos: informativos de la coacción que imponen y van a imponer: con insultos, empellones, a veces agresiones, clavos y silicona. Como ayer en Pamplona y en otros muchos lugares de España, aunque a muchos les parezca a todos normal, con tal que no haya tiros ni muertos. Y asi se desvirtúa, se desnaturaliza, se corrompe una huelga, derecho fundamental de todo trabajador. Así no vale nada el alarde de los números de huelguistas en la industria y en el transporte, si el resultado numérico final es el efecto de la coacción más o menos violenta. Asi se desprestigian, más de lo que están, los sindicatos. Así siempre gana “la patronal” y el Gobierno de turno. Es hora ya de que sindicatos y partidos políticos en España, mimados justamente en la Transición, se acomoden, como todo el mundo, a los nuevos tiempos, a las exigencias de la nueva economía y de la nueva sociedad. Es triste decirlo, pero la realidad se impone. En Barcelona, por ejemplo, los sindicatos hacen miuy poco esfuerzo para evitar a los incontrolados en las manifestaciones. Y en Navarra y Euskadi, los sindicatos españoles quisieron coincidir con los sindicatos independentistas vascos en un mismo día de acción. Y ahí está el fruto violento de táctica tan desdichada.

Destino nacional y contenido social

Juan Simeón Vidarte fue un abogado socialista extremeño, diputado en las  tres legislaturas republicanas por Badajoz, vicesecretario del partido, vicepresidente de las Cortes con Julián Besteiro en 1931-1933, de tendencia centrista pero muy afín a Largo Caballero en 1933-1934 y su mano derecha en la preparación de la revolución (golpe revolucionario) en octubre de 1934. Como abogado ante el tribunal supremo de jóvenes socialistas enfrentados violentamente a jóvenes falangistas, conoció y trató con amabilidad a José Antonio Primo de Rivera en el foro y no sólo en las Cortes. En uno de sus libros, interesantísimos desde el punto de vista histórico y también literario, recoge, entre admirado y sorprendido, unas palabras del hijo del general Primo de Rivera, dichas  con buena oratoria en la Cámara,  durante la primavera de 1934, que él pone en cursiva, aunque las juzgue ccontradictorias con la vida de su compañero y adversario: El día en el que el Partido Socialista asumiera un destino nacional, como el día en que la República que quiera ser nacional recogiera el contenido social, ese día no tendríamos que salir de nuestras casas a levantar el brazo ni a exponernos a que nos apedreen, y, lo que es más grave, a que nos entiendan mal: el día que eso sucediese, nos reintegraríamos pacíficamente a nuestras vocaciones.


Mística materialista

No mística materista. Algunos intérpretes de Antoni Tàpìes, como Juan Carlos Rodríguez, al testimonio de un artista que nos abruma con esa extrema cohabitación de materiales, presentes en sus obras, llaman trascendencia, silencio, naturaleza, espiritualidad, mística. “En mí existe –escribe el artista catalán- una especie de gusto o sentimiento por lo trascendente“. E intuyen esos mismos críticos, en todo ello, además, la religión o, al menos, un sentimiento religioso, expresado de un modo más o menos confesional: La espiritualidad en el sentido de que la obra de arte puede provocar una transformación en la conciencia del espectador, según confesión del propio Tàpies. Transformación que simboliza en sí misma esa materia que, colgada del cuadro, se degrada, cambia, renace. Y que simboliza a todas horas esa cruz, que traza, dibuja y  pinta una y otra vez este antiguo alumno def los jesuitas: el recurso más presente en sus obras. Busco algo divino -escribe een el libro El valor del arte (2001)-, entre comillas, pero lo busco en las cosas materiales o en la vida cotidiana. Y en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, titulado Arte y contemplación, en 1990: La experiencia íntima y las realidades profundas desveladas por ciertas imágenes, imprimen en nuestra conciencia y en nuestros actos un carácter como sagrado (…), que acrecienta los sentimientos de solidaridad con todos los seres y respeto hacia el conjunto del Universo. Y más adelante: Lo que me interesa es que detrás de la realidad formal hay otra realidad mas profunda; que eso no lo inventamos nos artistas, lo dicen los hombres ciencia. Cienca y mística, como lector que era él de científicos y místicos, entre éstos san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús. “San Juan  de la Cruz decía -de nuevo, el mismo Antoni Tàpies- que llega un momento, cuando estudias la realidad, queesta desaparece y se convierte en nada. en la épocas más racionalistas, como en el siglo XIX, se quería hacer creer que lo sólido es la la razón y lo que explica bien las cosas. Y se despreciaba lo que estaba relacionado con las religiones. Y ahora son los mismos científicos los que se han dado cuentra de que hay misterios a los que llegaron las religiones 1.500 años antes que la ciencia.(…) La mística no es una realidad oscura del medievo. Yo creo que la mística en la vida moderna es muy útil. Por algo,cuando el fotógrafo de un diario barcelonés le pidió en un retrato que se pintara en el rostro una T, de Tàpies, el artista recientemente muerto no quiso: No me pintaré una T -respondió-, sino una cruz. La cruz que me ha acompañado toda la vida.

  

El independentismo de CDC

El independentismo proclamado por el congreso de  Convergencia Democrática de Catalunya, último tramo de su deriva que comenzó con la Declaración de Barcelona, de 1998, y del que no se han atrevido a editorializar hasta ahora ni La Vanguardia ni El País, es una noticia para todos los españoles mucho peor de la que pueda parecerles los resultados en votos o en gobiernos de las elecciones en Andalucía y en Asturias. Tormentosa ha podido  ser en ocasiones la relación entre Cataluña y el resto de España desde hace siglo y medio, pero nunca una masa política como el congreso de CDC había llegado a ese extremo. ¡Y todavía el flamante secretario general, de CDC, el hijo de Jordi Pujol, nos pide el pacto fiscal, como paso previo a la independencia! Como razón suprema  tal vez para que se lo concedamos. Del partido de los socialistas de Catalunya, el PSC-PSC(PSOE), compañero de gobierno de  los independentistas de Esquerra, tampoco hemos oído nada. No esperemos ninguna proclama patriótica como en los tiempos del sitio de Gerona. Preparémonos más bien para alguna salida de pata de banco partidista y parcial. Y esta es la España que tenemos, mientras nos entre-tenemos con frivolidades de toda índole.

Andalucía y Asturias

En Andalucia son muchos siglos de pobreza y hasta de miseria, de analfabetismo, de paro, de hambre, de emigración, de latifundismos, de caciquismos, de conformismo, de clientelismo…, como para que, tan sólo después de 30 años de democracia, se dé ese vuelco, del que hablaban las encuestas y muchos políticos. Ya nos entendemos. Y en Asturias, dado el declive de la región, y los gobiernos de los últimos años, muchos asturianos, agradeciendo lo que haya que agradecer, en vez de acordarse de la revolución (golpe revolucionario) de Asturias, octubre de 1934, han querido recordar más bien la monarquía de Oviedo, y luego de Asturias, trece siglos anterior, y dejar en tercer lugar al partido que manda en casi toda España.

Creo en Dios

Creo en Dios,
cuando dejo de creer
sólo en mí mismo.
Cuando vivo
la total dependencia
de los otros,
de lo otro,
a los que debo
mi vida y mis milagros.
Entonces creo en Dios,
porque creo en lo otro,
que es el Otro,
a quien dimos un nombre singular:
un nombre in-nombrable,
in-comprensible,
el único a la vez.

Vida cristiana bajo mínimos

Mientras aqui defendemos todo pluralismo, como ahora se dice, construimos mezquitas, distinguimos unos musulmanes de otros, y no paramos de hacer actos inter-religiosos, ecuménicos, el capuchino suizo Paul Hinder, arzobispo responsable del Vicariato Apostólico en la Peninsula Arábiga -tres millones de km. cuadrados, con  dos millones de cristianos, sobre todo católicos, de 90 nacionalidades- apenas puede hacer nada. Son, sus fieles, en su inmensa mayoría, trabajadores inmigrantes, procedentes mayormente de India y Filipinas,  la mayoría de los cuales trabajan allí poco tiempo y vuelven a sus países de origen. El predecesor de Hinder, el  arzobispo italiano Giovani Bernardo Gremoli, hizo un trabajo maravilloso durante los 29 años que estuvo al frente del Vicariato; casi todas los templos existentes fueron renovadas o construidas por él. Aparte de la ciudad de Adén, entonces colonia inglesa,  donde comenzó la misión en el sigo XIX, existían iglesias desde 1939 en Bahrein, y desde 1960 y 1970 en los Emiratos Árabes Unidos y en Omán. Ahora acaba de levantarse, entre sollozos de alegría de los católicos, la primera iglesia en Qatar, la proxima sede del Mundial de Fútbol, esa firma que lucen los futbolistas del Barcelona, y cuya primera dama encantó a los españoles en su reciente visita a Madrid. Pequeños avances, como se ve, porque en Arabia Saudí, por ejemplo, ni eso siquiera. Según Hinder, todo lo hacen los católicos en esta parte del mundo bajo mínimos. Tienen lo mínimo para ofrecer el catecismo a los niños. El mínimo de misas y de trabajo caritativo. Si quieren abrir una escuela, se presentan los problemas legales. No pueden tampoco tener asociaciones y, no digamos, un hospital. La ley islámica, la sharía, es obligatoria y omnipresente. Necesitan para todo un colaborador local, islámico, que debe tener el 51% de la propiedad… Bajo mínimos. Y los numerosos magnates de la Península Arábiga y aledaños, entre nosotros, y no sólo en Marbella, bajo máximos. ¡Y nosotros, sin enterarnos!

Pertenencia y progreso

Escuchando ayer en la catedral de Pamplona, dentro del ciclo sobre la Constitución de 1812, a la historiadora navarra del derecho, Marcedes Galán, volví a vivir el eterno dilema entre la pertenencia fiel a una comunidad concreta y el deseo de libertad, igualdad fraternidad (el progreso de verdad). Toda o casi toda la historia de nuestros conflictos se entiende y se resume en ese dilema. Quienes hemos querido y queremos hacer posibles y convivibles todos esos valores, unos superiores a otros pero no contradictorios, nos extrañamos de que haya alguien que no quiera o no pueda compartirlos. Tal vez nosotros mismos nos engañamos pensando que ya los compartimos. ¿No será que la libertad, la igualdad y la fraternidad, términos abstractos de por sí, han de acomodarse autónoma pero justamente a la idiosincrasia de una sociedad concreta y que ésta ha de transformarse lo suficiente para cultivar esos tres valores superiores como lemas guías de su vida social? ¿Dónde están en esa doble exigencia los puntos claves del consenso y el disenso? ¿Dónde la pacífica y justa connivencia y convivencia de ambos?