El independentismo de CDC

El independentismo proclamado por el congreso de  Convergencia Democrática de Catalunya, último tramo de su deriva que comenzó con la Declaración de Barcelona, de 1998, y del que no se han atrevido a editorializar hasta ahora ni La Vanguardia ni El País, es una noticia para todos los españoles mucho peor de la que pueda parecerles los resultados en votos o en gobiernos de las elecciones en Andalucía y en Asturias. Tormentosa ha podido  ser en ocasiones la relación entre Cataluña y el resto de España desde hace siglo y medio, pero nunca una masa política como el congreso de CDC había llegado a ese extremo. ¡Y todavía el flamante secretario general, de CDC, el hijo de Jordi Pujol, nos pide el pacto fiscal, como paso previo a la independencia! Como razón suprema  tal vez para que se lo concedamos. Del partido de los socialistas de Catalunya, el PSC-PSC(PSOE), compañero de gobierno de  los independentistas de Esquerra, tampoco hemos oído nada. No esperemos ninguna proclama patriótica como en los tiempos del sitio de Gerona. Preparémonos más bien para alguna salida de pata de banco partidista y parcial. Y esta es la España que tenemos, mientras nos entre-tenemos con frivolidades de toda índole.