Mística materialista

No mística materista. Algunos intérpretes de Antoni Tàpìes, como Juan Carlos Rodríguez, al testimonio de un artista que nos abruma con esa extrema cohabitación de materiales, presentes en sus obras, llaman trascendencia, silencio, naturaleza, espiritualidad, mística. “En mí existe –escribe el artista catalán- una especie de gusto o sentimiento por lo trascendente“. E intuyen esos mismos críticos, en todo ello, además, la religión o, al menos, un sentimiento religioso, expresado de un modo más o menos confesional: La espiritualidad en el sentido de que la obra de arte puede provocar una transformación en la conciencia del espectador, según confesión del propio Tàpies. Transformación que simboliza en sí misma esa materia que, colgada del cuadro, se degrada, cambia, renace. Y que simboliza a todas horas esa cruz, que traza, dibuja y  pinta una y otra vez este antiguo alumno def los jesuitas: el recurso más presente en sus obras. Busco algo divino -escribe een el libro El valor del arte (2001)-, entre comillas, pero lo busco en las cosas materiales o en la vida cotidiana. Y en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, titulado Arte y contemplación, en 1990: La experiencia íntima y las realidades profundas desveladas por ciertas imágenes, imprimen en nuestra conciencia y en nuestros actos un carácter como sagrado (…), que acrecienta los sentimientos de solidaridad con todos los seres y respeto hacia el conjunto del Universo. Y más adelante: Lo que me interesa es que detrás de la realidad formal hay otra realidad mas profunda; que eso no lo inventamos nos artistas, lo dicen los hombres ciencia. Cienca y mística, como lector que era él de científicos y místicos, entre éstos san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús. “San Juan  de la Cruz decía -de nuevo, el mismo Antoni Tàpies- que llega un momento, cuando estudias la realidad, queesta desaparece y se convierte en nada. en la épocas más racionalistas, como en el siglo XIX, se quería hacer creer que lo sólido es la la razón y lo que explica bien las cosas. Y se despreciaba lo que estaba relacionado con las religiones. Y ahora son los mismos científicos los que se han dado cuentra de que hay misterios a los que llegaron las religiones 1.500 años antes que la ciencia.(…) La mística no es una realidad oscura del medievo. Yo creo que la mística en la vida moderna es muy útil. Por algo,cuando el fotógrafo de un diario barcelonés le pidió en un retrato que se pintara en el rostro una T, de Tàpies, el artista recientemente muerto no quiso: No me pintaré una T -respondió-, sino una cruz. La cruz que me ha acompañado toda la vida.