Archivo por meses: noviembre 2010

Doble vocación

Lo leo hoy en un diario local. Dice la rúbrica de una nota necrológica sobre un canónigo pamplonés, recientemente fallecido, que fue, entre otras muchas cosas, capellán del Club Taurino: Sacerdote entregado a la catedral y al toro bravo. ¡Una doble vocación!

¿Qué libertad religiosa?

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha presentado el informe anual de su departamento sobre la libertad religiosa en el mundo. Nada menos. El secretario adjunto, Michael Posner, se refirió, en esa misma comparecencia, para lamentarlas, a la prohibición del burka en espacios públicos, aprobada en Francia o Bélgica, y a la prohbición de minaretes en las mezquitas de Suiza. Esto es lo que más les importa, por lo visto, a los responsables de la política exterior de USA. ¡No les importaría tener una secretaria de Estado, presentado el informe y cubierta por el burka! ¿Y qué tendrá que ver el burka con la religión? El informe destaca, además, importantes restricciones en Cuba; casos de acoso e intimidación en Venezuela y violaciones de la libertad religiosa en Irán, China o Birmania… La nula libertad religiosa en un país aliado como Arabia les preocupa menos, y en general en todos los países aliados árabes, como Pakistán, con múltiples ataques a los cristianos. Eso tiene de malo emitir informes sobre libertad (religiosa u otra cualquiera) desde un laboratorio u observatorio político de un Estado; en este caso, el más poderoso del planeta: que todo se tiñe de la política concreta de ese Estado. ¡Menguada libertad!

El abad del Valle

Nos lo cuenta en el semanario AyO. Sus familiares eran de convicciones opuestas. Sus padres, de creencias religiosas firmes, mientras un hermano de su madre fue un activista en el Madrid de la guerra y otro tío un combatiente voluntario en las filas republicanas. Su padre fue fusilado, uno de esos tíos murió en un campo de concentración alemán y el tercero cayó en el frente de Brunete. Una hermana suya de 13 años murió en uno de los bombardeos de la capital de España y sus restos también se encuentran, sin identificar, en los osarios del  Valle. El P. Anselmo Álvarez, abad de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, recorre con frecuencia los escenarios madrileños en los que vivió la guerra en el sector central de la ciudad, y luego la posguerra del hambre y la carencia de casi todo, cupón en mano, en busca de qué comer. Y recuerda el ejemplo de su madre, que nunca expresó odio alguno, y el de muchos familiares de víctimas que supieron perdonar a los responsables de crímenes ciertos.- No sé si habrá alguien entre todos los benedictinos españoles más idóneos para presidir una comunidad que, por voluntad de la Santa Sede, aceptó estar presente allí, entre unos y otros, confirmando la eminente realidad espiritual del monumento y trascendiendo sin borrarlas, sus connotaciones históricas. El abad recalca la dimensión cristiana de la reconciliación, a la que el Valle sirve por definición legal, y que está grabada en las piedras, en los textos y en los corazones de quienes trabajan diariamente en esa tarea. Desde mi experiencia familiar -concluye su singular testimonio- me gustaría acentuar que el espíritu de concordia debe sobreponerse a las diferencias secundarias, a fin de cimentar nuestra identidad como pueblo sobre las raíces espirituales y culturales comunes.

¿Quién ha visto a los mercados?

Oh, los mercados. ¿Quién los ha visto alguna vez? Son invisibles. Están en todas partes y están sobre todo dentro de nosootros mismos. Nos han invadido por todos los flancos. Nos han ocupado. Por eso hemos ido perdiendo el sentido del valor inmaterial de las cosas, de las personas, de los acontecimientos. Ese valor que algunos llaman intangible: lo que no se puede tocar. Y lo que no se puede tocar, ni medir, ni pesar no existe. Y así hemos ido perdiendo la estima por todo sector público, por necesario que fuera, mientras nos iba creciendo la ilusión por el crecimiento infinito, esté o no a la altura del hombre. -¿Qué es eso del hombre?, nos hemos dicho muchas veces, como sin pensarlo, como Pilatos dijo, sin pensarlo mucho, automáticamente, ¿ques eso de la verdad?. ¿No es el hombre, no es la verdad lo que dictan los mercados? Si nuestros antepasados, nosotros o nuestros afines pasamos del ultraliberalismo al ultraestatismo o ultracolectivismo, ahora hemos hecho, estamos haciendo, pendularmente, el recorrido a la inversa. Pero, a pese a muchos excesos, abusos, corrupciones o partidismos, los inventos modernos de la seguridad social; la protección inteligente de niños, ancianos, enfermos, pensionistas y desempleados; los incentivos del tejido social y del espacio público… son conquistas capitales de todo Estado de derecho y de todo Estado de bienestar, especialmente en  la Europa cristiana. Mientras los monopolios u oligopolios  de los servicios privados, que avanzan en ciertos países,  nos recuerdan demasiado los tiempos más crudos de los monopolios u oligopolios políticos, de triste recordación.

Comunidad germanófona belga

En medio de la grave crisis política belga, con un Gobierno provisional durante meses y meses, complace leer el bien humorado discurso del presidente de la pequeña Comunidad germanófona de Bélgica, en la fiesta de su 30 aniversario. Tal y como están las cosas en ese país, la voluntad expresa de Karl-Heinz Lambertz es la de no desaparecer, engullidos tal vez en la lucha permanente entre flamencos y valones. Los belgas germanoparlantes no tienen la culpa de que el tratado de Versalles los colocara allí: On y est et on veut notre place, dice con humor (están allí y les gusta su sitio), y todo es muy relativo en el contexto europeo. Para el galante Lambertz, la suma mas que matemática es política: 2+3= 4. Porque, si los flamencos (no independentistas) querrían una Bélgica de 2 (flamencos y valones), y los francófonos una Bélgica de 3 (flamencos, valones y bruselenses), ellos quieren la Bélgica de 4, tal como ahora existe: Regiones de Flandes, Bruselas y Valonia  (con sus dos Comunidades: flamenca y fracófona) más la Comunidad (que no Región) germanófona. Complicada geometría política, pero todavía viva. Ya veremos, a este paso, hasta cuándo. ¡Complicada pero viva Europa!

Saharauis

Los que hemos estado alguna vez en los campamentos saharauis de Tinduf (Argelia) o hemos participado activamente en la acogida de niños saharauis en España tenemos las ideas claras y la voluntad firme: Marruecos no tiene derecho alguno sobre ese territorio saharaui y la ONU debe llegar a una fórmula de arreglo lo antes posible, incluyendo, si es necesario, el envío de tropas para hacer posible la solución: autodeterminación o autonomía consensuada. Sabemos que Francia y Estados Unidos han apoyado siempre a Marruecos y que son muy responsables del punto muerto de la cuestión. Sabemos tambiém que la postura de indiferencia y de franco o sutil apoyo a Marruecos por parte de la política oficial española no es cosa de este Gobierno, sino que viene de tiempos anteriores. Recuerdo bien que en los primeros noventa casi nadie creía que el Sáhara pudiera ser independiente, aunque se mantenía oficialmente la tesis oficial. De todos modos, el silencio y la falta de la más mínima protesta, todo lo diplomática que se quiera, frente a los recientes atropellos en el Sáhara ocupado revelan una seria degradación política y moral por parte del Gobierno actual y por parte del PSOE, que durante años se sirvió de la bandera saharaui como signo de progresismo político y de internacionalismo solidario. Puede pagarlo muy caro.

Las leyes españolas

Ya está bien de aceptar -ha dicho el presidente del Gobierno en un exacerbado mitin electoral en Cataluña- las normas y códigos que la Iglesia ha impuesto tantas y tantas décadas. Alguien le recordará sin duda que ha perdido una buena ocasión para lamentar asimismo las leyes y códigos de conducta que durante algunos años, sobre todo durante el período, para él ejemplar, de 1931-1938, impusieron, inspiraron o ampararon la Masonería, la Revolución mejicana o la misma Unión Soviética…

Un himno desdichado

Encuentro por casualidad la página web del Arzobispado de Madrid y las opiniones de muchos jóvenes sobre el nuevo himno de la JMJ 2011 (Jornada Mundial de la Juventud en Madrid). Son en su gran mayoría negativas y opuestas a la letra y a la música: una penauna gran decepción inapropiadoun himno para gente de 80 años... caca tremenda… Y así. Y lo dicen nada menos que en casa intelectual del autor del libro, que es nada menos que el obispo responsable de la organización de la Jornada, a quien Dios no le ha dotado para escribir himnos, precisamente. Uno sabe algo de eso, y da la razón a esa mayoría de jóvenes que lo rechazan. El estribillo es ya horrendo: Firmes en la fe, caminamos en Cristo / Nuestro Amigo, nuestro Señor. / Gloria siempre a Él! ¡Gloria siempre a Él! / Caminamos en Cristo fimes en la fe. NI rima ni ritmo, ni  fondo teológico ni forma de belleza. Las estrofas no son mejores. Basta y sobra la primera: Tu amor nos edifica y nos arraiga, / Tu cruz nos consolida y fortalece./ Tus carne nos redime y nos abraza, / Tu sangre nos renueva y nos embriaga. / Oh, Cristo, nuestro Hermano, / oh Cristo, nuestro Amigo, nuestro Señor, / haznos firmes en Tí!¡ / Haznos firmes en Ti!. Una pena. Una desdicha.

Sacerdotes navarros contra la represión

Presenté ayer en el Ateneo navarro el libro del teólogo y pastoralista Jesús Equiza Los sacerdotes navarros ante la represión de 1936-1937 y ante la rehabilitación de los fusilados, Madrid (Nueva Utopía), 2010. Una puntual historia, a través casi siempre de la tradición oral, de todos o casi todos los sacerdotes navarros con cargo pastoral en aquellos días difíciles. Por vez primera se escribe seriamente sobre sacerdotes navarros asesinados, encarcelados, desterrados, perseguidos, amenazados, multados, obligados moralmente a ir al frente -además de otros muchos voluntarios-, por haber salvado o querer salvar vidas humanas, sacar personas de la cárcel, protegerlas, ocultarlas, ayudarles a huir… De 400 casos de curas navarros examinados, resume el autor, sólo 25 se portaron mal: se inhibieron, no hicieron lo que pudieron, fueron remisos… Pero ninguno formó parte de las Juntas Locales de Guerra, como se ha dicho y escrito por ahí. Un libro, pues, hermoso, útil, necesario frente a falsedades, mentiras y calumnias, y conmovedor. Ejemplar para todos los que, por encima de intereses particulares, busquen la verdad, la justicia y la paz.

Recuerdo de Carlos Edmundo de Ory (+)

Estoy en la miseria Dios mío qué te importa
Ya mi casa es un dulce terraplén de locura
Un vuelo de lechuzas un río con el fondo
lacrado en mi semblante…¡Dios mío qué te importa!
Mi casa es un relincho de muerto monocromo
cuna de remembranza gran rincón de dolor
Alli ya no se duerme si no es para gritar
con una boca hambrienta de espesas esperanzas
                            (…)