Archivo por meses: octubre 2008

Navarra ante todo

Estos días oímos y leemos decir y escribir, repectivamente, frases como Navarra ante todo, Ante todo Navarra, Navarra es lo más importante. Años atrás habíamos oído y leído también: España, lo único importante. Y mucho antes: Todos para Euskadi y Euskadi para Dios. Para no evocar el Tutto per lo Stato o el Deutschland über alles (Alemania sobre todo) de los años veinte y treinta. Como se ve, las palabras lo revelan bien: todo, todos, ante todo, lo más y lo único importante. El patriotismo dice mucho, muy (amor, servicio, lealtad). El nacionalismo dice: todo. Incluso el nacionalismo que se dice patriótico, que no quiere ser ni exaltado ni exacerbado, que no es ni quiere ser soberanista, separatista e independentista, se aleja del sereno y virtuoso patriotismo por su connotación ideológica y política, por su exceso y su cortedad de miras: la nación, la región, el país, el estado… es el principal interés e ideal, el valor superior. No este o aquel  valor o conjunto de valores, este o aquel proyecto, esta o la otra reforma, estos o aquellos derechos y deberes en este país o en todos, no. Mi región, mi país, mi nación, mi estado sobre todo. Y luego… se llaman (creyendo que se descalifican) unos a otros nacionalistas.

Codicia, avaricia, usura

El alcalde peneuvista liberal de Bilbao, Iñaki Azkuna, al entregar, el pasado jueves, el premio Norte-Sur al sacerdote misionero Josetxu Canibe, comenzó diciendo que seguro que JC había hecho mucho más por el género humano que todos los banqueros americanos que se han enriquecido. En la anterior crisis la causa fue el petróleo y el vendaval de países del sudeste asiático que irrumpieron cocn fuerza competitiva en el mercado mundial. Ahora la crisis se debe al egoísmo, a la avaricia, a la codicia de unos banqueros que han llevado al límite al sistema creyendo que aguntaría “ad infinitum“. Y Azkuna reparte responsabilidades entre los neocom americanos, el Gobierno español (que conocía la burbuja inmobiliaria y no admitió la crisis) y los políticos en general que, elección tras elección, hacen creer a la sociedad que todo es posible, hasta convencerle de que el maná cae del cielo y no es producto del trabajo, del sudor y muchas veces del sacrificio, contribuyendo así a una sociedad blandengue, sin punch, acomodaticia. Cuando, según él, no hay otra fórmula que el trabajo y un nuevo orden mundial, en el que el control pueda prevenir estos desaguisados, en que unos codiciosos hunden sus empresas, reciben pingües beneficios y dejan al mundo en la pobreza.- Qué bien oir a un alcalde de nuestros días hablar así.

Células madre adultas

    Un equipo de científicos de la Escuela de Medicina de Harvard  presentó recientemente en la revista Science una nueva técnica que permite, a partir de células adultas, obtener células madre con las mismas propiedades regenerativas que las embrionarias. Las nuevas células podrían convertirse, v.g., en una fuente de células de páncreas para personas con diabetes o en células del corazón para personas con insuficiencia cardíaca. Todos los investigadores, partidarios o no de las células embrionarias, han recibido la noticia como un avance extraordinario, aunque con algunas cautelas. De todos modos, algunos centros pioneros ya han tomado en serio el progreso llevado a cabo. Y así el primer banco de sangre de cordón umbilical privado de Europa, el Vita 34, recibió hace poco autorización para utilizar estas células adultas en el marco de un estudio clínico con niños diagnosticados con diabetes tipo 1. Y tanto en un hospital de Génova como en otro de Granada las células de cordón umbilical se emplean para tratar a pacientes con leucemia y linfomas, cuando la quimioterapia y radioterapia han acabado tanto con las células malas como con las buenas del enfermo. Del Instituto Nacional de Ciencia Industrial Avanzada de Japón nos aseguran asimismo haber conseguido crear, a partir de un diente arrancado, células madre similares a las embrionarias.- Ojalá que se confirmen con tiempo suficiente estas buenas noticias y desaparezcan los graves problemas éticos y técnicos (rechazo, cáncer…) que han presentado otros experimentos ensayados con grandes esfuerzos hasta ahora, y en medio muchas veces de una torpe cuando no indigna polémica.

¿Aplicar el derecho o revisar la historia?

Y si el polivalente y polifacético juez estelar Baltasar Garzón, admirable por tantos motivos, y excéntrico por algunos menos, que se cita a sí mismo dos veces en su informe, quiere revisar la historia, ¿por qué no va un poco más allá del 18 de julio? ¿Por qué no, al menos, hasta el golpe del 4 de octubre de 1934? ¿O hasta la primera insurrección anarquista contra la República en diciembre de 1931, siempre con muchas víctimas? Y ya que estamos allí, ¿por qué no hasta la terrible represión dual en la Barcelona de 1918-23? ¿Y el desastre de Annual, con 12.000 muertos? ¿Y las matanzas de frailes de 1834-1835? ¿Y  de Andrés-Andreu Nin, qué? ¿Quién va a excavar la fosa de Alcalá o de la Moncloa? ¿Y qué fue de la ley de amnistía de 1977, en la que tantos creímos porque tantos la preparamos? Algunos malignos dicen que lo que quiere el juez es poner en evidencia a varios ministros del Gobierno actual, cuyos padres fueron altos cargos del franquismo represor de los cuarenta y cincuenta, afectando según otros al padre del mismísimo presidente y al padre de su esposa. Qué disparate todo.

De omni re

La manía de citar a cada paso autoridades en cualquier clase de trabajos científicos o literarios sigue siendo grande. Signo muchas veces de falta de pensamiento propio, pero a la vez de indolencia, pereza, miedo o sumisión. Cuando no de deseo de no molestar a nadie, agradar a todos y curarse en salud.

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La fe en Dios presupone la conciencia de nuestra esencial limitación, por soberana que sea en su esfera.

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Si el maestro Ortega y Gasset nos oyera o leyera califcar de circunstancial o de circunstancias una obra o un proyecto tenidos por menores, volvería a recordarnos que todo lo que ha hecho, hace o puede hacer el hombre es circunstancial: en derredor constitutivo (circum-stans) del hombre.


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Nuestra primera cartilla de aprender a leer es nuestro primer tratado filosófico.


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Musas de plata, llamaba Píndaro a quienes pagaban sus cantos poéticos. ¿Quién inspira a veces más que ellas?


Concierto para violín en Re mayor

Concierto para violín en Re mayor, de Ludvig van Beethoven. Orquesta de Cámara de Europa. Violinista, Janine Jansen. Una de las piezas más escuchadas y contempladas en mi vida. Emoción hasta las lágrimas. La música pura. La voz del mundo que no tiene voz. La voz de los elementos primigenios arrancada por el arte del hombre de sus entrañas: voz armónica, que él mismo es incapaz de imitar ni de lejos, y tampoco las aves, el agua, el fuego, el aire, la tierra. Voz que traduce mejor que nada el genio del hombre creador, nunca más cerca del Credor. Hoy no sé distinguir movimientos y apenas instrumentos, ni me paro  siquiera a evocar al divino Joachim. Todo eso, erudición al fin, estorba y merma la escucha y la fusión. El violín y la orquesta me llevan lejos y alto, donde las palabras no dicen nada.

Mucho me turba / Mucho me espanta

(Fiesta de santa Teresa de Jesús)

          Mucho me turba.
          Mucho me espanta.
          ¿Se pasa todo?
          Todo no pasa.
          Dios no se muda,
          pero se calla.
          La paci-encia
          también se cansa.
          Quien a Dios tiene
          nada le falta
,
          pero tenerlo
          es pura gracia.
          Tú, alegre, escribes:
          Sólo Dios basta.
          Sí, Dios y todo
          lo que Dios ama:
          tu vida entera
          me lo respalda.
                 
                    *
          Mucho me turba.
          Mucho me espanta.
          Mucho me sobra.
          Mucho me falta.
          Creo en tu fe,
          Teresa santa.

¡Oh vilipendio! ¡Oh siglo!

Había nombrado el rey Carlos IV a Jovellanos secretario de Gracia y Justicia, a petición de Godoy, y nuestro gran ilustrado no estaba cómodo, no se hallaba en el nuevo cargo y andaba con la salud quebradiza. Tal vez para distraerse publicó, enero de 1798, su tercera sátira en el Diario de Madrid, en la que arremete contra la tiranía de los maridos, seguramente tras haber sufrido, oído o leído, tal vez sobre su mesa de despacho, algún problema de violencia matrimonial, que antes existían más que ahora aún. Jovellanos había escrito otras dos sátiras anteriores, la primera contra las malas costumbres de las mujeres nobles, y la segunda contra la mala educación de la nobleza, en la que ataca a los nobles aplebeyados y afrancesados. Merecen la pena los últimos versos:

¡Oh vilipendio! ¡Oh siglo!
Faltó el apoyo de las leyes. Todo
se precipita: el más humilde cieno
fomenta y brota espíritus altivos,
que hasta los tronos del Olimpo se alzan.
¿Qué importa? Venga denodada, venga
la humilde plebe en irrupción, y ususrpe
lustre, nobleza, títulos y honores.
Sea todo infame behetría: no haya
clases ni estados. Si la virtud sola
les puede ser antemural y escudo,
todo sin ella acabe y se confunda.

De omni re

Ya no informan ni forman decisivamente sobre la vida y sus valores las clásicas instituciones personalizadas y responsables: familia, escuela e iglesia. Lo hacen, en cambio, la calle, la noche, la tele y la red: despersonalizadas, anónimas, irresponsables.

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Los juicios sumarísimos son los que menos suman y los que más restan: nada menos que la vida.

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¿Qué es tener una conciencia tranquila? Es estar enteramente persuadido de que se es un perfecto canalla, escribe el impetuoso, el implacable León Bloy. Ay, si le leyeran los que dicen tener siempre la conciencia tranquila. Pero para que no parezca el escritor francés demasiado exigente o se nos pida ser humildes perfectos, contentémonos con persuadirnos sólo de lo canallesco que podemos abrigar en nuestra conciencia.

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La monarquía parlamentaria española, u otra similar cualquiera, no es, como se dice, una república coronada. ¡Es una democracia coronada: por voluntad del pueblo!

Fiesta Nacional

Canta, España.
Cantemos todos juntos
la común canción
de vida y libertad.

Todos juntos,
distintos pero unidos,
con igual pasión
cantemos a la paz.

Somos Europa
y somos también
un viejo y nuevo pueblo
de la humanidad.
      
    (bis)