Archivo por meses: octubre 2008

Racistas que somos

Son cinco jóvenes inmigrantes que viven en Pamplona y hablan en una mesa redonda. El deportista australiano de waterpolo no tiene problema alguno. El estudiante rumano cree que Pamplona no es racista y que la gente es amable y acogedora, aunque sabe que lo tiene más fácil porque es blanco. La universitaria de Taiwán dice que la gente es muy amable, pero que le mira mucho porque hay pocas taiwanesas (querrá decir chinas) como ella; no sabe cómo tener amigos de aqui, porque nunca sabe cuándo puede saludarles. Al carpintero de la República del Congo, voluntario de la Cruz Roja que enseña castellano a los africanos, le impresiona mucho la importancia que se da al color de la piel; le miran en la calle o en el autobús y se pone nervioso; cree que en Pamplona no se es racista, pero que queda mucho por hacer. En cambio la bachillera boliviana de 17 años, la única de los cinco que habla español como la gente de Pamplona y es, además, guapa, no tiene pelos en la lengua y donde otros insinúan, ella asevera: Aquí los adultos en general son muy racistas e hipócritas. Y a los jóvenes les cuesta abrir su cuadrilla a gente de fuera. Por eso hay que saber aprovechar las pocas oportunidades que te da alguien cuando se abre a ti. Los pamploneses tienen que aprender a tratarnos como a uno más y no culparnos de todo.- Ahí queda eso.

Un poco de lógica y ética

Ni quiero ni puedo hablar de la trifulca en que se han metido UPN y PP con motivo de los presupuestos de Navarra y los generales de toda España, presentados en los dos Parlamentos. Me faltan fuentes de información y no estoy ahora en ese mundillo. Me recuerda mucho otros tristes momentos de los muchos que hemos sufrido en Navarra y en el resto de España por la torpeza, la insolencia, la insolercia y hasta el cainismo de unos y otros. Es, además, muy difícil de entender, entre la cotorrería de casi todos, la falta de lógica y de ética, habitual en estos casos. Cito sólo lo que leo en el resumen de noticias de DN digital de esta tarde, y con esto me basta por hoy: Sanz niega presiones de los socialistas navarros para condicionar el voto de UPN a los PGE. Y a renglón seguido: El PSN augura “dificultades de entendimiento” con UPN, si no tiene la “valentía” de anteponer los intereses de Navarra en los PGE. Y, por si algo faltaba: Blanco exige a UPN que se comprometa con los PGE a cambio de estabilidad en Navarra.

La Haya y Kosovo

La Asamblea General de la ONU aprobó ayer la propuesta de Serbia de consultar a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la Haya sobre la legalidad de la declaración unilateral de independencia de Kosovo, considerada por el representante de Serbia como la vía más prudente de resolver la crisis. Setenta y cuatro países, de los 192 de la organización, se han abstenido, entre ellos la mayor parte de los 27 integrantes de  la Unión Europea; seis (por supuesto, Albania y Estados Unidos de América, los impulsores de la independencia kosovar) han votado en contra, y 77 a favor, España entre ellos. Lo que prueba, entre otras cosas, que si el derecho de autodeterminación estuviera reconocido y sostenido por la Carta de la ONU y otros de sus textos principales, como ciertos demagogos afirman a todas horas, tal votación y tal consulta serían imposibles, absurdas. Cada país, y más cuando el Estado común, como es el caso de la ex Yugoslavia, se deshace, podrá hacer lo que quiera o pueda, pero atribuir a la ONU, donde están, entre otros, los Estados más centralizados y descentralizados del mundo, una doctrina que sería para todos su ruina es pensar y cultivar lo excusado.

Los retrasos del milenio

  La cumbre reciente de Nueva York sobre la pobreza ha terminado, como tantas otras, con sólo promesas: la de 16.000 millones de dólares para ayuda al desarrollo de los países pobres, de los que 1.600 serían para seguridad alimentaria y 2.000 para combatir la mortalidad infantil. El cardenal de Honduras, Oscar Rodríguez Maradiaga, presidente de Caritas Internacional, allí presente y participante, recordó al final de las jornadas que los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) llevan años de retraso, sobre todo en África. Se necesitarían 150.000 millones de dólares al año hasta 2010 para terminar con el hambre antes del 2015, como se acordó el año 2000. Por el contrario, la ayuda oficial al desarrollo del G-7, los países más industrializados del mundo, descendió un 1%  duante el año pasado. A propósito de los 700.000 millones de dólares propuestos recientemente por la administración Bush y aprobados por fin por el Congreso para salvar la emergencia del sistema financiero de los Estados Unidos de América, Maradiaga preguntaba doloridamente: ¿Y qué mayor emergencia que diez millones de niños que mueren cada año a causa de enfermedades que podrían prevenirse?

¿No hay alternativa al rescate?

Lo grave es que ahora los contribuyentes tengamos que pagar el exceso de los beneficios obtenidos por unos señores que se han enriquecido, esos últimos años, con descaro y desmesura, con desvergüenza. Vamos viendo que las ayudas de los Estados -de todos los contribuyentes- van yendo a las grandes empresas, a los grandes bancos -a unos u otros-, mientras se nos cuenta el número de pequeñas empresas y comercios que cierran cada minuto! ¿No hay alternativa al rescate? No la hay, al parecer, ya en un momento límite, cuando se trata de salvar, se nos dice, la riqueza de todos. Entidades financieras han buscado obtener rentabilidades máximas a partir de la circulación de la deuda y de productos sobre los que no tenían información fiable. Falta de credibilidad y falta de garantías. Falta de reglas y mucha codicia de los inversores: ganar dinero a cualquier precio. Hipotecas basura (crisis subprime) e individuos (personas es mucho decir) hechos de oro. El ultraliberalismo financiero y la financiarización excesiva no hacen más que distanciarse de la economía real. Lo que se lleva la especulación a todo pasto pierde la industria, el comercio, la agricultura; crece la desigualdad distributiva y disminuye el valor de los salarios reales. Tampoco el Estado asistencial es la solución, aunque en momentos límites, lo estamos viendo, es la receta. Queda la economía real y su financiación, con pluralidad de formas de propiedad, la descentralización de las funciones económicas y administrativas, el federalismo fiscal y la subsidiaridad horizontal. La riqueza económica en manos de unos pocos no es el único objetivo del mundo.

“Soy todo amor, como la tierra”

Me envía mi amigo el poeta Santiago Montobbio una antología de poemas de Carlos Puig de Morales, un poeta nacido en Bilbao en 1925 y muerto en Barcelona en 1975, autor del libro Después de todo (Barcelona, 1957) y de una larga obra inédita. Santiago le hace una introducción certera y breve para publicarlos en al revista El Ciervo. Elijo uno de los poemas escritos poco antes de su muerte:

Soy todo amor, como la tierra
Soy todo luz y amor como las hadas
Soy todo odio y rabia cual la hiena
Soy todo negro cual la araña.

Soy todo amor, dulce alegría
Soy mi ser yo y mi morada
Soy el pensamiento hambriento y homicida
Soy también la coraza y la espada.

Soy el canto que asciende cual un árbol
Y soy la serpiente que repta entre sus ramas
Y soy el motor y soy el freno
Y soy la sed y soy el agua.

Y soy el bandido y la víctima
Y el carcelero y el ladrón. Soy una lanza
Y el costado de Cristo. Soy lodo y oro.
Soy la guadaña y la garganta.

Soy un amor que se mantiene erguido
A fuerza de ortopedia y de chatarra.
Soy el poeta sin nombre que abandonó su Olimpo
Su nube de cartón y cae de espaldas.

Ortega contra Cardenal

Voy siguiendo estupefacto lo que el diario más leido de España va publicando sobre el presidente de la República de Nicaragua, el ex comandante Daniel Ortega. Me llenó de horror lo publicado por su ahijada Zoilamérica Narváez,hija de su mujer Rosario Murillo, manoseada desde los 11 años y violada desde los 15 por su padrino-padre durante 20 años, uno de los casos más brutales de opresión que conozco e incompatible con cualquier cargo público en una sociedad medianamente civilizada. Pues bien, ahora resulta que los jueces, comprados y vendidos, que han declarado prescrito este monstruoso delito resucitan un caso menor para inculpar al poeta Ernesto Cardenal, ex ministro del Gobierno sandinista de Ortega y ahora acérrimo crítico de su actual mandato. No tengo por qué estar de acuerdo con todo lo que dice Cardenal en su prosa exaltada y demasiado retórica sobre todos y cada uno de los puntos que toca, para darle la razón en lo fundamental. Creo que  tenemos que estar con él en este momento y enviarle, de un modo u otro, nuestra gratitud y nuestro apoyo. Y su alta y sonora denuncia al presidente Ortega de traición, corrupción, extorsión, latrocinio y mil cosas más nos obligan a volver de nuevo nuestra mirada a Nicaragua, a la que teníamos un tanto olvidada, y ver y contar las cosas como son, aunque nos duelan tanto y tanto.

Pobreza lingüística y algo más

El director de la Academia Argentina de las Letras, Pedro Luis Barcia, ha responsabilizado a ciertos medios informativos y a ciertas instituciones docentes de dos desvíos del idioma muy graves: la vulgaridad y la pobreza lingüística. Según él, los muchachos salen de la universidad con un pésimo manejo de la lengua oral y escrita. Si hace 10 años los jóvenes universitarios empleaban una media de 1.200 palabras en su vocabulario, hoy utilizan sólo 600. Y hace sobre ello una muy inteligente reflexión: el que no tiene posibilidad de hablar con precisión no puede manifestar lo que quiere y es un ciudadano de segnda. No tiene derecho a la libertad de expresión, es cautivo de su propia discapacidad y limitación. Y algo más peligroso: En una democracia no es útil una persona que no es capaz de dialogar, y lo que no sale por la boca, sale por el sopapo, por el palo o por la pedrada.- Parecen palabras dichas también para España. Aquí no sé si autoridades semejantes serían capaces de decir lo mismo.

Las dos Españas

Terminado de redactar el libro La Iglesia que buscó la concordia (1931-1936), hipótesis-tesis que me he atrevido a probar contundentemente, he visto la casi necesidad de escribir otro libro, continuando estudios que dejé hace tiempo de lado, sobre el anticlericalismo español. Y me he metido a leer y estudiar los mejores trabajos recientes sobre los siglos XVIII y XIX como prólogo al anticlericalismo y antieclesialismo del siglo XX. Me encuentro con este texto del buen historiador que es Miguel Artola sobre el primer gobierno absoluto de Fernando VII: “La radicalización del conflicto entre liberales y absolutistas que se produjo en 1814 determinó el carácter excluyente de sus respectivas posiciones. A partir de esta fecha el triunfo de un partido implica la reducción del otro a la clandestinidad que se deriva de su eliminación del sistema político. En 1814 el triunfo del primero provocó la eliminación del segundo y el aniquilamiento de todas sus realizaciones para restablecer en su lugar la anterior situación. En 1820 ambos partidos tienen ya sus propias tradiciones, a las que retornarán apenas conquisten el poder…”

Los cuadros que se ríen

Me pregunta un amigo aficionado a la pintura si no creo que algunos de los autores de los cuadros que he comentado (mejor, resbalado sobre) los días pasados no se han reído a mandíbula batiente de sus cándidos admiradores. No tengo ningún motivo para negarlo del todo, pero no, no creo que se hayan reído a mandíbula batiente, porque no es lo suyo, sino sólo desde un punto de vista artístico y con mucho respeto para el visitante y no digamos para el admirador. Cuántas veces los buenos pintores de ayer y de hoy -mucho más los de hoy, mucho más libres- se han reído en sus cuadros de una pintura falsamente realista o popular, falsamente solemne y hasta sublime, pintura no pocas veces comprada, hecha de encargo, subordinada a todo lo que el arte jamás debiera subordinarse en condiciones normales. Cómo se ríen ciertas obras maestras actuales, cómo ironizan, cómo se burlan… Veamos el famoso cuadro Las Tres Gracias, de Antonio Saura, tan distintas de las bacantes (¿sus mujeres?) de Rubens, ya antítesis de las de Rafael: unos garabatos esperpénticos de una mujer con su vientre de campana, de otra luciendo descaradamente los dos volúmenes del diábolo, y de la tercera levantando aparatosamente las caderas. ¿Qué risa, no?