Archivo por meses: junio 2008

La familia tradicional

Uno sigue pensando, tal vez gracias a una educación también tradicional, que el centro, la derecha y la izquierda, el liberalismo, el socialismo, etc., se definen y se describen por sus posiciones, teóricas y prácticas, ante los grandes principios y valores, ante los grandes temas públicos: el servicio, la generosidad, la disponibilidad, la austeridad, la capacidad de trabajo, la firmeza de las ideas a la par que la tolerancia con el disidente, la producción y el reparto de la riqueza, las formas de convivencia social, los sistemas de defensa y seguridad, las claves sobre la reforma tributaria, agraria o educativa, la inmigración, la cultura, relaciones exteriores, etc., etc. Y todo esto aplicado al PP, al PSOE o al lucero del alba. Pues, no, todo esto para muchos debe de ser filfa. Hoy, en una de las agencias de noticias más importantes, una importante periodista resume la nueva dirección del PP sólo por su relación a la familia tradicional: una de esas dirigentes es divorciada; el otro es padre del primer niño de un segundo matrimonio; la tercera es madre soltera. Tal vez olvida una cuarta, casada por lo civil, pero quizás esto ya es demasiado tradicional y no entra en la nueva definición del centro liberal. Pues, nada, mucha suerte, y espero que en la nueva dirección, bien vista por casi todos, haya algo más que esa descripción minimalista -no digo que no sea significativa-, que nos hace hoy esa periodista avispada.

Al volver por la Ciudadela

Media vida se me viene al encuentro,
esta tarde perfecta de junio
.
Esta luz que me enciende
tantas felicidades olvidadas.
Estos niños que juegan
y me traen mi infancia embellecida.
Esa misma señora, acaso aquélla,
podrían ser mi madre, ya tan muerta.
Y estos plátanos altos,
y esta hierba cortada, oliendo a vida,
y esta paz risueña y regalada
me resultan tan íntimos,
que parecen salidos de mi misma memoria.

Corrupciones locales

Causa estupor en el caso de la corrupción municipal, comarcal o regional, como en la recién descubierta en Estepona -cohecho, prevaricación, blanqueo de capitales, tráfico de influencias-, igual que antes en Marbella, Totana, Irún, Egüés, Orcoyen, Baleares, Navarra, Cantabria, Andalucía, Aragón, Cataluña, etc., etc., la falta, al menos, de olfato de los partidos responsables de sus alcaldes, concejales y gobiernos autonómicos, es decir, la falta de vigilancia, de control, de autocrítica, hasta la misma hora en que estalla el escándalo, y a veces mucho después. Por otra parte llama, y mucho, la atención la pronta, si no expeditiva, reacción de esos mismos partidos en ocasiones: si están cerca los congresos o las elecciones, o los acusados son de medio pelo o es muy impopular el caso, como éste de Estepona, frente a la tardía, renqueante, resistente en otros, hasta que no sea confirnada la sentencia por el tribunal supremo, y ni aun entonces. Hemos visto de todo en la España de los últimos años. Si al alcalde de Estepona no se le hubiera permitido aliarse con el partido del GIL en la anterior legislatura, no tendría que ser ahora expulsado fulminantemente del partido, saltándose todos los habituales procedimientos, y con visos de heroica y tardía ejemplaridad. Lo mismo que ha ocurrido con los candidatos de ANV, aunque en otra situación política, mucho más grave. Pero la ocupación del poder, en todos sus grados, les obceca a menudo a los partidos, y por una mayoría segura se juegan todas las reglas de juego y todas las virtudes públicas y privadas habidas y por haber. Y ahí está ese reguero incesante de resultados.

Patriotismo futbolero

Algunos lo llaman así, despectivos. Otros miran, torvos, la popular alegría contagiosa de cientos de miles, de millones de españoles entusiasmados con su selección, a la hora del partido, antes y después, en aldeas y ciudades, en calles y plazas, bares y casas particulares. Qué error de perspectiva. Hace no demasiados años, y desde hace siglos hasta hace bien poco, millones de españoles se entusiasmaban con los colores nacionales o con los los colores partidistas durante guerras sin fin, en cada una de las batallas, en cada uno de los avances, en cada una de las victorias de los amigos contra los enemigos, de fuera o de dentro. Qué bien que hayamos cambiado tanto. Qué bien que nadie se entusiasme -excepto una banda de bandidos, ignominia de Europa- con la muerte y la destrucción de nada ni de nadie.

El Dios filosófico de García Bacca

Editado por el Banco Central de Venezuela, llega a mis manos el elegante libro dedicado al filósofo nacido en Pamplona, Juan David García Bacca: “Vivir dos veces despierto” (1901-1992). Es un conjunto de trabajos biográficos, bibliográficos y filosóficos en torno al ilustre filósofo, científico, crítico literario, traductor, músico, escritor y profesor en la universidad central de Venezuela, con una rica profusión de fotografías, autógrafos y citas personales. García Bacca, que pasó de filósofo y teólogo claretiano, hasta sus 37 años, a defender, al final de su vida, una especie de panteismo antropológico, luchó con Dios, entendido a su manera, como Jacob (Israel: fuerte contra Dios) toda la noche, quedando cojo y herido de Dios, por intentar verle y alcanzarle, sin conseguirlo, en el lugar sagrado que se llamó Fanuel: “cual si dijera: vi a Dios cara a cara y se salvó mi alma” (Gn 32, 31). Es la finitud transfinita frente a la infinitud, a la que nunca vencerá, de la que quedará herido en su cojera, cojera que no es un castigo, sino el mejor de los premios, la mejor de las bendiciones. Escribe a este respecto el filósofo: “Hay señales y señales de Dios, y las de Dios son más generosas y significativas que las establecidas por los hombres”.

El “no” de Irlanda

Sea cual sea la reacción de Irlanda y de los restantes Estados de la Unión Europea al resultado negativo del referéndum irlandés, lo que ha quedado claro es que el plan b (Tratado de Lisboa) al rechazado texto de la nonata Constitución Europea tampoco ha tenido mucha suerte. Y, además, ha quedado claro que, cuando los ciudadanos europeos votan en un referéndum (ahora Irlanda, antes Holanda y Francia) un texto institucional europeo, corremos el riesgo de perder la votación. Mala cosa. Incluso en el caso, como es el irlandés, del país que más se ha beneficiado de los fondos, de la ayuda en general, de la seguridad y de las instituciones de la Unión. No es, pues, cosa sólo de dineros. ¿Tendremos que pensar que ahora que Irlanda es rica (la más alta renta proporcional per cápita) no quiere saber mucho de otros países mucho más pobres que acaban de entrar en la Europa unida? Lo que nos lleva a concluir, contra nuestra voluntad optimista, que en el abigarrado seno de los 27, que pronto serán treintaitantos, las varias velocidades son más que necesarias. Lo que hoy sucede en el ámbito de la moneda o en el de la seguridad (Schengen) tendrá que extenderse a otros ámbitos. Estamos lejos de aquella Europa federal que soñamos, irrealistas, muchos de nosotros. La Europa del siglo XXI no son los Estados Unidos de América del siglo XVIII. ¡Nos tenía que recordar, tiene bemoles la cosa, Irlanda, un país que parecía acérrimamente europeo, cuando, en 1973, entró en la CEE (Comunidad Económica Europea), todavía pobre y siempre antiinglés! Y no caigamos en el tópico facilón de hablar del nacionalismo de los Estados. ¿Quién no lo es a la hora de la verdad?

La Expo de Zaragoza

Acabo de ver durante un buen rato el fantástico espectáculo de agua y fuego, con la torre del agua y el nuevo puente sobre el Ebro como soportes y símbolos principales, en apertura de la Exposición Internacional de Zaragoza, dedicada al agua y al desarrollo sostenible. Conmemora la Hispano-Francesa de 1908 y coincide con el bicentenario de los Sitios, en 1808, durante la guerra contra los ejércitos de Napoléon. He seguido también del principio a fin la anterior ceremonia institucional, que me ha parecido digna, solemne, realista y hermosa. Todos han hablado bien, desde el comisario hasta el rey de España. Pero excelentes me han parecido las intervenciones del alcalde de Zaragoza, que se ha acordado de todos los coautores, de cualquier color o signo que fueran, y el del presidente del Gobierno de España, que seguramente es obra colectiva. Me han dado un buen impulso de futuro, que falta nos hace. He vivido la alegría de una España viva y creciente. He contemplado, puesta en pie, una unidad eficaz y solidaria, no esa de los latiguillos que sólo sirven para confundir. Y, como pocas veces nos ocurre, he visto juntos en Zaragoza -una ciudad cercana, querida y admirada- el trabajo común, la utilidad, la belleza, el progreso, el pasado, el presente, el futuro y… la esperanza colectiva.

La ministra, partícipa, parta y miembra del Gobierno

¿Cosas de ministras jóvenas? Cosas, más bien, de gente que no sabe latín. Membrum, miembro en nuestra lengua madre, es palabra neutra, de la segunda declinación, y vale tanto para el género masculino como para el femenino, y para lo que no es ni lo uno ni lo otro. Membra es el nominativo plural del mismo vocablo. La hermosa palabra bimembre es un adjetivo derivado de ese plural. No hay, pues, miembra que valga. No puede ser miembra de un Gobierno, como no puede ser parta, sino parte (de pars-tis, de la tercera declinación, sin distinción de género), ni tampoco partícipa, sino partícipe (de particeps-icis, también de la tercera y válido para los dos géneros). Es el mismo caso de templum. Aunque el templo esté dedicado a la diosa, no se puede decir templa. Por cierto, ¿tan frívola, o tan ligera al menos, es la situación política española, como para que una ministra del Gobierno español se entretenga por estas hierbas con estos dislates y nos haga reír con su ignorancia y su descoco filológico, superando con creces a la ex ministra de cultura, que habló de frayla? Pues, como una mujer nunca puede ser fray (frater), sino sor (soror), un ministra no puede ser miembra, por muy parecido que sea el fonema al de  hembra. ¡A ver si, al final, he dado con el quid de la cuestión!

Un cierre patronal con nombre de huelga

    Eso es lo que tiene considerar los derechos humanos como exigencias y hasta como posesiones absolutas, sin condiciones, sin limitación alguna, sin sombra de correspondientes deberes. Derechos, sin cuándo, sin dónde, sin cómo. Y, si los derechos, más o menos espirituales o morales, asi de mal entendidos, suelen tener consecuencias nefastas pero no molestas directamente, otros derechos más concretos y sociales, como ocurre con el derecho ilimitado a la huelga, aunque sea un cierre patronal mal disimulado, suelen ser muy antisociales y chocan, a menudo violentamente según acabamos de ver, con otros muchos derechos, tan derechos o más que los de aquéllos llamados huelguistas. Para colmo, el derecho constitucional a la huelga no está regulado en España por falta de consenso, es decir, de sentido común y de valentía democrática.

Rusia, Palestina, Irak, Argelia…

    Si llegan buenas noticias de Rusia y Ucrania sobre el avance del difícil ecumenismo práctico entre católicos y ortodoxos, tras las visitas de los cardenales Kasper y Bertone, respectivamente, pésimas son las perspectivas de los católicos y otros creyentes en todo el Próximo Oriente. Es ya sabido que en esa zona, y no sólo en Palestina, la presencia de las comunidades cristianas es sólo testimonial: los cristianos son infiltrados occidentales para los islamistas, además de árabes camuflados para los judíos sionistas. El procurador de los caldeos iraquíes en Europa, Philip Najim, en declaraciones a Vida Nueva, no puede ser más contundente: Irak es un país de muerte: sin unidad nacional, sin un solo partido nacional, con un odio entre confesiones nunca conocido, además de todo lo que ya conocemos sobre la dictadura cruenta de Sadam Hussein, su derrocamiento por medio de una terrible y muy mal preparada invasión y sobre una guerra civil interminable. Además de cientos de miles de muertos, que tocan a todas las confesiones, el éxodo de los no islamistas es constante. Sólo 200.000 caldeos-católicos viven ya en Estados Unidos de América. Unos 100.000 en Europa, sobre todo en Suecia; 40.000 en Canadá; 35.000 en Oceanía, y miles y miles esperando destino en los países vecinos. Y, por si faltaba algo para el triste panorama religioso, que a los poderes internacionales apenas interesa, desde Argelia, donde las matanzas de los pocos cristianos que quedan se hicieron hace no mucho tristemente famosas, nos dicen que cada vez hay menos libertad para los cristianos: arrestos, multas, prisión por convertirse, o por tener ejemplares de la Biblia, o por llevar a cabo “actividades clandestinas“. La persecución es ahora sobre todo contra los protestantes, a quienes el ministro de Asuntos Religiosos -en un país con un 98% de musulmanes- considera “fuera de la ley” al querer constituir “una minoría para favorecer la injerencia extranjera en los asuntos interiores de Argelia”. Lo de siempre y… en el país más progresista y revolucionario de entre todos los árabes, según la  foto fija europea.- Ya sé que lamentar todo esto en una España obsesionada por las duras huelgas de estos días, por el congreso del PP, o por la eurocopa, es casi una provocación. Pero son situaciones muy anteriores a estas semanas, mucho más injustas, mucho más dramáticas, y de las que casi nadie se detiene  a informarse siquiera.