“… y no viviremos en el temor”

Preparando una conferencia sobre Pericles, me sucede, como me ocurrió preparando el centenario de la muerte de Sócrates, -dos figuras paradigmáticas de la “edad de oro” ateniense-, que los numerosos libros que voy consultando o leyendo me traen mil reflexiones, sugerencias, advertencias, premoniciones y hasta ocurrencias sobre la historia posterior o la historia actual, que también es historia. Sobre todo cuando uno sostiene, como sostengo, que el pasado no pasa del todo, ni mucho menos, y que el futuro es más presente que eso que presente llamamos. Fiel a su lema inicial de “no ceder ante los peloponesios“, el estratego Pericles se opone firmemente a las exigencias sin contrapartida de los espartanos y sus aliados, sean cuales sean las sinrazones en las que se basan. “Sea el pretexto que fuere, ya se trate de de muchas o de pocas cosas -le hace decir su mejor historiador intérprete, Tucídides, en su primer gran discurso-, no cederemos y no viviremos en el temor por los bienes que poseemos. Pues cualquier reivindicación de derecho, desde la más pequeña a la más grande, implica la misma esclavitud cuando, sin juicio previo, los iguales presentan a su prójimo en forma de exigencia”.