Una teología de la secularización

 

            Javier Gomá Lanzón, de apeliido muy catalán pero nacido en Bilbao en 1965, es uno de los filósofos españoles más activos y brillantes, con una obra muy sólida y en plena actividad. En una entrevista con VN, Gomá parte de la distinción del teólogo reformado Karl Barth entre el Dios de la religión y el Dios de la fe, y afirma que la sociedad moderna -en el sentido de Estado- que ha hecho el experimento de no buscar su cohesión en la religión no sólo no impide el Dios de la fe, sino que lo alimenta. La secularización es una buena noticia para la fe, en la medida en que ya no asociamos la religión con aquellas instituciones que buscan obediencia y la sacralizan, incluso el monopolio civil de la violencia, con dogmas polìticos y religiosos. Lo que no quiere decdr – y aqui el joven filósofo podía haber afinado un poco más- que las personas, grupos y la misma sociedad local, dentro de su libertad, cultive y proclame la religión como fin en sí misma y no para legitimar y absolutizar nada que sea plenamente civil. y relativo. Necesitamos profetas – dice Javier Gomá- que desacralicen el espacio público, donde todas las verdades son penúltimas y relativas, susceptibles de ser cuestionadas y reformuladas. El demócrata respeta el carácter relativo de todo lo que está en el espacio público, donde todas las verdades son penúltimas y relativas, suceptibles de ser cuestionadas y reformuladas-. Lo que, también en el ámbito religioso, confirma la  tesis mantenida en sus libros por el autor de que la nuestra es la época de mayor prosperidad material y también de mayor dignidad para el hombre medio que la habita.