¿A dónde va Venezuela?

 

         Estamos suficientemente informados en España sobre lo que ocurre en ese país hermano, mucho más que sobre Libia, Mali o Nigeria, como para que comentemos todo lo que allí sucede. Pero el arzobispo de Mérida, Baltasar Porras Cardozo, escribe ahora un artículo bajo ese título y resume bien lo sucedido: tras la muerte de Chaves no se ha dado la apertura que se esperaba; se habla de un diálogo que no es otra cosa que aceptar sin más lo que el Gobierno propone; va en aumento la represión y la falta de respeto a los derechos humanos; sólo los medios oficiales ofrecen su versión; el descontento social crece; no se salva ninguna institución del fanatismo del poder, tampoco la Iglesia católica, que ha abogado siempre por el diálogo y la reconciliación: entre las muchas víctimas hay también varios eclesiásticos. En fin: La ética revolucionaria aprueba todo aquello que le dé la razón al poder. (…) No se ve en el horizonte que haya una voluntad clara de corregir errores. Por el contrario, las amenazas verbales y con hechos aumentan. Se criminaliza toda conducta que no satisfaga los intereses del Gobierno.- El juicio de quien conoce tan bien y tan independientemente la situación vale por muchos informes y crónicas.