La posdemocracia

Tantos hechos que se suceden durante los últimos tiempos en España y fuera de ella me hacen pensar en aquella democracia que Vaclav Havel, uno de mis políticos más admirados, llamó posdemocrcia. Sobre ella vuelve el sociólogo y escritor José Vidal-Beneyto en ese libro póstumo que acaba de aparecer, La corrupción de la democracia, donde se habla de la muerte de la democracia de frustración, de apatía, de hipermediatización publicitaria, de adicción al poder. Tiempos de desigualdad social; de glorificación del individuo; de vínculos entrañables entre la política, la economía y los medios de comunicación; del secuestro de las cifras reales de la salud de la sociedad. Y, añado yo, de la dictadura de la moda, del lugar común, de la frivolidad política (a la que llaman corrección), de la cobardía ambiente, de la infidelidad a cualquier valor que exija algún tipo de virtud. La actual sociedad -escribe Beneyto- hace imposibles las cosas por las que he intentado luchar durante muchos años: los principios de la democracia.