La paz de ETA

La paz, aquí y ahora, es posible“, proclama el último comunicado de la banda terrorista, fechado en junio. ¿Es así? ETA explica en seguida lo que quiere decir: “El camino hacia la paz debe ser desbrozado mediante la negociación y el acuerdo. Euskal-Herría lograría unos mínimos democráticos con los que poder construir su futuro, recuperar su territorialidad y la responsabilidad plena sobre su soberanía“. Pero negociación y acuerdo ¿con la participción e implicación de quiénes? De “todos los agentes vascos“, y con “garantías suficientes de no injerencia por parte de los poderes del Estado español. Los aparatos del Estado no pueden condicionar ni el desarrollo ni el resultado del proceso“. Y, por si no quedaba claro: “Al final de este proceso la ciudadanía vasca deberá tener la palabra y la capacidad de decisión en torno a su futuro, sin ningún tipo de límites. El Gobierno español debe expresar su compromiso de respetar lo que el Pueblo Vasco acuerde y decida sobre su futuro“.
Voy a ser todavía más claro que la banda: El proceso hacia la paz del que habla ETA y tal como lo entiende es que habrá paz cuando le dejemos en paz; cuando le dejemos hacer lo que desde el comienzo viene diciendo, queriendo y haciendo, y matando tanto para eso: El pueblo vasco, guiado por ETA, decidirá su futuro en uno, dos o cien referendos, hasta que consiga la independencia de España. Y si el Gobierno y los aparatos del Estado español se lo impiden, entonces “las decisiones y pasos de Euskadi Ta Askatasuna serán consecuencia de la actitud que mantenga el Gobierno español ante el proceso abierto en Euskal-Herria“. Esta es la paz, aquí y ahora, que proclama ETA. No hay otra.