“Jubila y regocíjate”

(Del libro de Joel 2,21 – 4,21)

Ya pasó de nuestros campos la guerrilla de la oruga,
la invasión arrasadora de langostas y pulgones.
Ya están reverdecidos los marchitos pastizales,
ya levantan los árboles sus frutos como niños,
y la higuera y la vid semiesconden tras las hojas sus tesoros.
Las lluvias nos visitan como antaño
y está a punto de colmar nuestro gozo la cosecha.

Has querido infundir tu Espíritu en nosotros
peparándonos para el día cercano y gozoso del Señor.

Tu luz será más alta que el sol y las estrellas
y rugirá tu firme y recia voz creadora de galaxias.
El vino desde los montes fluirá
y la leche desde todas las colinas.
Correrán orgullosos los torrentes agostados,
florecerán los ríos por todos los desiertos.

Tu mano caudalosa regirá los confines del orbe
y Tú residirás para siempre en nuestro pueblo.