Haiti ( y III)

¿Dónde está Dios?, he oido y leido en varias ocasiones en relación con lo sucedido en Haiti. La vieja pregunta tantas veces leida y oida en torno al Holocausto. La vieja pregunta, digámoslo pronto, que se han hecho durante los siglos millones de personas, seguramente sin publicidad y sin segundas intenciones. Seamos sinceros Con la concepción mítica que se esconde a menudo en esa pregunta, hecha por creyentes y por ateos, apenas es compatible, en verdad, la fe en Dios, al menos en el Dios cristiano. ¿Quién,desde el comienzo de la historia, no ha sufrido, de cerca o de lejos, al menos, un pequeño Holocausto, un pequeño terremoto de Haiti? Un cristiano debiera tener muy clara la respuesta, por muy terrible que parezca, en estos casos: -¿Dónde está Dios?En la cruz. Pero, dejando a un lado la fe mítica y volviendo a  esa fe cristiana o a un humanismo elemental, tendríamos que variar esa clásica interrrogación demasiado cómoda para nosotros, y preguntarnos:  -¿Donde están los cristianos? O ¿dónde están los  agnósticos y los ateos? ¿Dónde están los hombres, y cada uno de nosotros, antes, en y después del Holacausto; antes, en y después del terremoto de Haiti? Y así en todos los casos similares. ¿O, por decirlo  de manera más cruda:  ¿En qué Dios falso creemos o dejamos de creer, que nos libere de hacernos la pregunta que siempre rehuimos, la que nos compromete, nos  juzga y  nos condena tantas veces, y no nos deja refugiarnos en ese no-Dios?