Distintos… y pobres

¿Somos, por principio, racistas? Quiá. ¿Quién cree hoy en razas? Mejor, xenófobos: los que tienen aversión al extranjero, a lo extranjero (Xénos) ¿Por extranjero? No. Por distinto, distinto de nosotros, distinto en su figura, lengua, pensamiento, costumbres, acciones. Nos son extraños, difíciles, complicados, molestos… Pero, si son limpios, guapos, fuertes, cultos célebres, ricos…, no lo son tanto. Al revés, pueden sernos próximos, fáciles, sencillos, agradables. Y hasta interesantes. ¿Quién siente aversión hacia un embajador, un ministro, un científico, un campeón, un cantante, un cardenal, un multimillonario extranjero? Así que, al final, resulta que sólo somos xenófobos con los distintos… y pobres: visten mal, huelen mal, no se les entiende, no trabajan o trabajan demasiado, se les ve a todas horas, son un peligro para nuestras mujeres o maridos, nos quitan los puestos de trabajo o los pisos baratos, taponan las listas de espera, no consumen o consumen en demasía… Qué sé yo. ¿Xenofobia? Sólo hacia los pobres, que, de aquí o de allí, siempre son distintos.