Dios y Patria

Las cuatro bases primeras del nuevo Partido Nacionalista Vasco (PNV), reunificado en la Asamblea de Vergara, en noviembre de 1930, rezaban así: “JAUNGOIKUA. Primera: El Nacionalismo Vasco proclama la Religión Católica como única verdadera y acata la doctrina y jurisdicción de la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana. Segunda: Euzkadi, como cada uno de los seis ex Estados históricos o regiones autónomas que le componen, será Católica, Apostólica, Romana en todas las manifestaciones de su vida interna y en sus relaciones con las demás naciones, pueblos y Estados. LAGI-ZARRA. Tercera: Euzkadi es la nación y patria de los vascos. Cuarta: Euzkadi, la nación vasca, por derecho natural, por derecho histórico, por conveniencia suprema y por su propia voluntad, debe ser dueña absoluta de sus propios destinos para regirse a sí misma, dentro de la ley natural“. Visto lo visto desde entonces hasta ahora, ¿no será que una tal concepción de la Patria se parece mucho a la de Dios? Cuando se emparejan tanto “Dios y Patria”,  la Patria no es ya Dios, o, al menos, un dios?