¿Cuántos muertos en Iraq?

Fue acertada la pregunta que una ciudadana hizo al jefe de la Oposición, Mariano Rajoy: –¿Cuántos muertos ha habido en la guerra de Iraq? La verdad es que, tras la permanente carnicería, uno ya no sabe si quedan todavía más iraquíes a los que poder matar, como nos ocurría cuando la guerra del Vietnam. Nadie preveía que, tras la fácil victoria de norteamericanos y británicos, lo peor, con mucho, estaba por llegar. Nadie podía imaginarse que fuera tan poderosa, primero, la resistencia y, después, tan furibundo y eficaz el terrorismo sin más, sunnnita o chiíta, de Al-Quaeda o de quien sea. Allí ya no hay una guerra, sino una cadena terrorista de excidios de unos contra otros, de muchos contra muchos. Hay que confesar asimismo que la ignorancia y la imprevisión del ejército y de la administración de USA y de UK han sido en este caso, y como se dice ahora, de manual. Y, sin embargo, para hablar con plena justicia, faltaron ayer en el interrogatorio a Rajoy, y en este punto concreto, las preguntas que hubieran completado y justificado del todo la única que llegó a hacerse, y que el político gallego, en su respuesta benévola y benigna, brevemente incluyó: ¿Cuántos muertos, gaseados o no, hizo la terrible dictadura de Sadam Husein? ¿A cuántos kurdos eliminó? ¿A cuántos chiítas? ¿Cuántos miles de enemigos políticos “desaparecieron” y con ellos casi todos los que se interesaron por los “desaparecidos”? ¿Cuántos europeos, progresistas o no, salieron a la calle, incluso para acabar con la guerra de doce años declarada por Sadam contra Irán, en la que murió al menos un millón de personas? ¿Quién recuerda todo esto alguna vez, aunque sólo sea para aparentar un cierto equilibro humano y político? ¿Y de otras guerras nadie pregunta: Etiopía-Eritrea, Sri Lanka, Sudán, Somalia, Congo…? ¿Sólo interesan las guerras que sirvan para algún interés político local? ¿Qué clase de humanismo es ése? ¿Qué diablos de internacionalismo y qué demonios de progresismo es el nuestro?