¿Cataluña independiente? (VIII) El complejo de inferioridad

No pocos comentaristas, al pasar revista a las incontables iniciativas de los independentistas catalanes duante todos estos meses, y al silencio casi permanente del Gobierno, a la deriva del PSC y al partidismo inequívoco del PSOE, que pone en la misma balanza a Mas y a Rajoy, se quejan de que los independentistas catalanes tengan un proyecto y España no  tenga ninguno: ni nacional, ni europeo ni universal. Algo de eso hay, pero sin llegar a tanto, hago mías las palabras de Mario Vargas Llosa en El País, diario que en este punto sí está dando la  talla: ¿Por qué semejante maraña de tonterías, lugares comunes, flagrantes mentiras puede llegar a constituir una verdad política y a persuadir a millones de personas? Porque casi nadie se ha tomado el trabajo de refutarla y mostrar su endeblez y falsedad. Porque los gobiernos españoles, de derecha o de izquierda, han mantenido ante el nacionalismo un extraño complejo de innferioridad. Los de derecha, para no ser acusados de franquistas y fascistas, y los de izquierda porque, en una de de las retractaciones ideológicas más lastimosas de la vida moderna han legitimado el nacionalismo como una fuerza progresista y democrática, con el que no han tenido el menor reparo en aliarse para compartir el poder aun a costa de concesiones irreparables.