Barack Obama

De la variadísima autobiografía, sincera y autocrítica (rara avis en la selva política), escrita por Barack (el bendecido, en swahili) Obama, me quedo con estos párrafos, que revelan bien al joven político tan zarandeado por la vida, y sobre todo al activista humanitario en el barrio pobre de Chicago, donde vivió con su mujer: “Si hay un niño en el sur de Chicago que no puede leer, eso me importa, aunque no sea mi hijo. Si hay un anciano que no puede pagar sus medicamentos, eso empobrece mi vida, aunque no sea mi abuelo. Si hay una familia árabe expulsada sin el beneficio de un abogado o un proceso legal justo, eso amenaza mis libertades civiles. Es esa creencia, la de que yo soy el guardián de mi hermano, lo que hace que este país funcione“.