Armak eskutan

En el monte Aritxulegi, de Oyarzun, 218 patriotas vascos, como ellos se denominan, rindieron homenaje, con todos los esplendores habituales de su ritual específico, a sus antecesores los guerreros nacionalistas vascos (gudariak), que suelen llegar hasta Zumalacárregui, y, quién sabe, si hasta el paleolítico medio. Dentro del ceremonial, tres etarras encapuchados y armados, dando vivas a su propìa organización, leyeron una breve comunicación y dispararon siete tiros al aire en homenaje a los guerreros vascos muertos en la lucha.
De los seis párrafos del comunicado, seis vienen a decir lo mismo. El quinto es el más claro y expresivo: “Euskal Herriaren independentzia eta sozialismoa lortu arte armak eskutan borrokan tinko jarraitzeko konpromisoa berresten dugu. Gerturik daukagu odola bere alde emateko! Lortuko dugu!” (Ratificamos el compromiso de proseguir en la lucha, con las armas en las manos, hasta conseguir la independencia y el socialismo de Euskalherria. Tenemos la sangre dispuesta para darla por ella! Lo conseguiremos!)
A las pocas horas un líider de Batasuna volvía a pedir al Gobierno español dar pasos en la dirección de la autodeterminación (independencia) del pueblo vasco, de su territorialidad (la Euskalerria de los seis terriotorios) y la libre decisión de los vascos (referéndum de autodeterminación). Dos lenguajes y el mismo sentido. Dos rituales y el mismo mensaje. ¿Un proceso de paz? ¡Un proceso de independencia!