Archivo por meses: noviembre 2008

Bolivianos

    Voy a la tienda donde compro el pan, y veo hoy a los nuevos dueños al completo: un matrimonio joven con un niño chico en el carrito, y otra señora, no sé si pariente o no del matrimonio. Les pregunto si los tres son bolivianos: – Y el cuarto, español, me responde la madre. -Sí, claro, eso es.- Les pregunto de que qué región de Bolivia. Me dicen que de la provincia de La Paz.  Les hago ver que sigo con interés todo lo que pasa en su país y deseo que todo salga bien, a pesar de la complicación actual. Se sonríen, cómplices. Por respeto no voy más adelante. Por respeto y por profunda ignorancia ¿Qué sé yo lo que piensan sobre Evo Morales y los cinco gobernadores de la oposición? Y sobre todo qué piensan de todo lo que ha hecho posible que esos seis personajes sean hoy, en la revuelta historia boliviana, los personajes del día. ¿Qué sé yo, informado, al fin y al cabo, con medios españoles y europeos, de su salida de Bolivia y su llegada a España, de su dolor o de su satisfacción, de su drama o de su fiesta? En todo caso, si la conversación sale fluida otro día y me dan pie, con mucho gusto les oiré su opinión y sobre todo su vivencia. La historia real es algo más serio que unas cuantas noticias de periódico.

El consejo de José María Álvarez

Me envía Alfredo Rodríguez, con su habitual amabilidad, su segundo libro de poemas La vida equivocada. Alfredo es de lo mejorcito entre poetas jóvenes que hay en Navarra. Pero guardaré alguno de sus poemas para otro día. Hoy sólo quiero estampar aqui el sabio, singular, casi escandaloso, consejo que le da su maestro -casi ídolo– José María Álvarez en el brevísimo prólogo al poemario: Querido Alfredo, aléjate -desprécialos, ignóralos- de “eso” que llaman el mundo cultural, la “intelectualidad”, la crítica que seca cuanto toca, el deseo de ser conocido a través de esos canales miserables. Tú no tienes nada más valioso que tu Libertad y tu Conciencia. Un papel en blanco que llenarás de palabras, que nadie sabe ddónde ni cuándo deslumbrarán a alguien. Eso es todo.

¿Autonomía universitaria?

    Todos los periódicos traían ayer la foto de la concentración en el campus de la Universidad de Navarra para responder a lo que se llama habitualmente atentado (en el sentido de agresión), y debiéramos llamar estrago, barbarie, bandidaje, vandalismo, qué sé yo. Una respuesta de cinco minutos en silencio, pobre cosa por cierto, y ya signo tan cómodo y repetido, sin apenas significado. Pues bien, en la primera línea de la foto, en medio de la universidad, frente a un ataque feroz a la universidad, no se ve más que a políticos, incluso con sus familiares, acaparando todo, monopolizando todo, y detrás, una masa de profesores y estudiantes anónimos. ¡Eso se llama autonomía universitaria, proclamada y garantizada en la Constitución! Alguien me dirá que allí estaba el rector de la UN, y a un lado, lejos, el otro rector de la UPNA. Qué ocasión despediciada para que los dos rectores de las dos universidades navarras hubieran aprovechado por una vez el signo común de la autonomía y de la fraternidad universitaria. Sí, allí, separados, estaban los dos. Pero como apenas los conoce nadie, casi nadie los habrá reconocido. En cambio, los políticos, etc, etc.

Todo poder viene de Dios

Mientras releo el Contrato social, de Rousseau, voy haciendo, como de costumbre, mis apuntes. Éste es el último: “Todo poder viene de Dios”, escribió san Pablo, y lo han repetido millones de veces filósofos, profesores, catequistas, apologetas de varia especie. Sí, todo poder: poderes absolutos y poderes democráticos de toda índole. No está la cuestión ni en el  poder ni en Dios, de donde viene. La cuestión está en “cómo viene“.