Sanidad: el ejemplo alemán

 

            Leo en un número especial de un revista española, dedicado a Alemania, lo que cuenta Rosa Kistmacher, trabajadora social y pedagoga, sobre la Sanidad en su país. Comienza diciéndonos que el sistema de seguro obligatorio de enfermedad en Alemania es la rama más antigua de la Seguridad Social, desde 1883, y que hoy en día el 90 por ciento de la población alemana tiene un seguro público de salud. El restante 10 por ciento tiene un seguro de salud privado. La diferencia mayor con España no es esa, precisamente, sino que en Alemania se paga una contribución más alta, un 15′ 5  por ciento del sueldo bruto, del cual la mitad paga la empresa y la otra mitad el trabajador. Aparte del seguro público de salud, todos contribuyen al seguro de pensiones o de renta, al seguro en caso de necesitar cuidados, y al seguro contra accidentes. Sumadas  todas las contribuciones, la tasa llega al 40´35 por ciento, mientras en España  alcanza solo el 28´3 por ciento, de las que solo un 4´7 recae en el trabajador. ¿Quién paga todo eso en España?, se pregunta la trabajadora social.

Enfermo el sistema basado en personas con una esperanza de vida de unos 60 años, en Alemania introdujeron el copago. Y cada trimestre cada alemán paga 10 euros. Y en caso de necesitar medicación, lo normal es que el paciente pague un 10 por ciento del coste. Eso si, allí la Seguridad asume los costos de muletas, sillas de ruedas y material ortopédico necesario.

Pero lo más importante, pensando sobre todo en el fracaso español de la gestión de la pandemia y de la sindemia, viene ahora: No entiendo –añade Kistmacher– para nada la gestión autonómica de un servicio tan básico e igual para todos los españoles como la sanidad.

¿Qué diría, qué dirá, al enterarse del nuevo fracaso, esta misma tarde, de esa Comisión Interterritorial que sufrimos, compuesta por 19 Consejeros de Sanidad (presididos protocolariamente por un Ministro de nombre), que sólo saben hablar de sus intereses políticos paisanales?