Religión mágica

(Un malelentendido del amigo al que encargué colgar ayer mi comentario, al estar yo en Madrid presentando el libro Vida y asesinato de Tomás Caballero, me obliga a retrasarlo hasta hoy). Veo que hasta grandes personajes contemporáneos confunden la religión cristiana, mejor, la fe cristiana con la magia o algo parecido. En una larga entrevista que acabo de leer, el famoso pintor alemán Anselm Kiefer -que expone estos días en el Gugenheim, de Bilbao- parece explicar y aun justificar la renuncia a su confesión católica con sinrazones como ésta: “Pocas personas han sido educadas con más ardor católico que yo. Recuerdo mi primera comunión; esperaba ser iluminado, y no sucedió nada. El desencanto fue total”. Naturalmente. Y sigue diciendo el artista: “Mi religión va más allá: a donde la espiritualidad, la psicología y la historia se unen sin resolución. En cualquier caso jamás digo “creo en”, porque todas las religiones tienen la misma base: la búsqueda del ser supremo. Lo que me interesa de la mística es que rompió las barreras de lo ortodoxo en religión”. Bueno, sin meternos ahora en honduras místicas, mejor así que esperar, mágicamente, no sé qué iluminación.