Otro poeta capuchino

Los capuchinos navarros han tenido buenos poetas. El último, a quien todos quisimos y admiramos mucho y le abrimos muchas páginas de Río Arga, fue el  aoísco P. Damián Iribarren, a quien la poetisa María Socorro Latasa va estudiando y comentando, libro tras libro. Ahora mi amigo el historiador P. Tarsicio de Azcona, a quien todos le hemos aprovechado muy poco, me regala un libro de versos de otro capuchino navarro, P. Néstor Zubeldía Barseló, natural de Milagro, titulado poesía trascendente. Editado por la curia provincial de capuchinos de Navarra-Cantabria-Aragón, para que no haya dudas. Libro plenamente religioso -Jesucristo, Santa María, Navidad, santos-, libro plenamene clásico, en la forma -sonetos sobre todo, romances, cuartetas…- y en el fondo, su servidumbre y su reciedumbre son también clásicas, serenas, hermosas, populares, como muestra este soneto a Cristo resucitado:

¡Qué belleza, Señor resucitado,
cuando surges gozosamente fuerte
y surcas la avenida de la muerte
desconcertada en tu esplendor sagrado.

Tú mudas nuestro miedo amedrentado
a la muerte segura y siempre inerte
por la alegría de volver a verte
y sentirnos felices a tu lado.

¡Cómo navega el alma y se recrea
contemplando el sepulcro ya vacío
y el beso azul de tu ascensión gloriosa!

¡Cómo siembras la paz y nos orea
el aire de la gracia y poderío,
Señor de nueva vida luminosa!