No hay que perder el tiempo

Andaba yo reflexionando sobre el último comunicado de la llamada Izquierda Abertzale (Izquierda Patriótica), con sus tradicionales perversiones lingüísticas, o trampas políticas: democracia (la que ellos decidan) paz (independencia) diálogo, (sumisión del Estado), marco político (derecho de autodeterminación), “sin violencias ni injerencias” (es decir, sin Estado y sus “fuerzas represivas“), etc., etc.,  cuando una persona, a la que admiro por su lucidez política y su conocimiento de la gente, ha venido a sacarme de mis cavilaciones. Y me ha espetado, sin paréntesis alguno, sus más recias convicciones: ETA, aunque mate, está acabada. El independentismo en Europa es imposible. Ni España ni Francia están para bromas. La gente, aun la mayoría popular nacionalista vasca, no comulga con esas historias. A los jóvenes todo eso les parece el pasado, como nos parecía el pasado en 1976-1978 el franquismo y la falange. La llamada izquierda abertzale se consumirá dentro de unos pocos años: hoy ya son una panda de viejos fanáticos… Y, como lo he oído, lo repito. Así piensa la mayoría de la gente, me dice. Y la mayoría de la gente me da mucho respeto.