Modernidades en disputa

En el número 113 de Reis (Revista Española de Investigaciones Sociológicas) aparece la breve reseña que leí en el Ateneo Navarro, al presentar el último libro, Modernidades en disputa, del profesor de la Universidad Pública de Navarra, Josetxo Beriain, uno de los profesores universitarios navarros más activos y con más publicaciones en su haber. En este trabajo vuelve sobre algunos temas capitales de sus investigaciones: los significados de la modernidad, los mitos del progreso, el cambio permanente, la violencia, el politeismo religioso y cultural, el descentramiento del sujeto… Sus reflexiones son siempre actuales y enjundiosas, a veces demasiado prietas, por querer tal vez encerrar en unas cuantas páginas su pensamiento en diálogo permanente con los mejores sociólogos -filósofos de lo cotidiano-, especialmente anglosajones.Y son siempre estímulo de ulteriores reflexiones, a veces muy distintas, de los lectores, que es lo que distingue a los buenos libros. Sobre el cuarto capítulo de la obra, por ejemplo, me pregunto en esa breve recensión:”¿Qué salida tiene la  finitud sin un centro, sin una referencia privilegiada, sin una arquía absoluta? Y, si nada de eso existe, ¿qué sentido tiene la finitud ya sin Infinito? ¿Qué es la libertad que no sea liberadora? ¿Está la liberación en una permanente cabalgadura sobre ambivalencias? ¿No puede elegir otra cosa que contingencias?¿Qué significa el radical anhelo del hombre libre por el Absoluto? ¿Y qué hay de genuino pluralismo, qué libertad es ésa, si se excluye por definición el Absoluto? Es cierto que Don Quijote imagina y crea otra realidad, pero al final de su vida vuelve a ser -purificado y liberado, eso sí- Alonso Quijano, y como tal muere sreno en la fe de sus padres que es la suya. Y, en fin, Habermas esboza una éticas todo lo univesdalista que que se quiera, pero ética al fin, que obliga a todos en definitiva”.