– Los golpes de Estado ponen de manifiesto el estado de los golpeadores, que suelen sentirse, por un motivo u otro, golpeados.
– Los paradores no nos paran, pero nos invitan a pararnos en ellos.
– Se confía -se espera activamente- en la Providencia (persona). Se espera pasivamente en la suerte, los hados, la fortuna o el azar (fenómenos).
– En tiempos de felicidad, qué pronto se nos hace tarde.