“El sueño del celta”

Acabo de leer reposadamente la última novela histórica de Vargas Llosa en torno a las andanzas del irlandés Roger Casement, aventurero y humanista en el Congo belga y en la Amazonía peruana, cónsul británico, ejecutado en 1916 como traidor al Imperio, tras haber preparado con los alemanes, en plena guerra, la ayuda en hombres y armas a los rebeldes irlandeses. Escrita en un impecable castellano, con algunas variantes hispanoamericanas, el relato de las atrocidades de algunas autoridades belgas en su ex colonia y de dirigentes peruanos en una sociedad británica cauchera en Putumayo es verdaderamente estremecedor, toda una meditación sobre la capacidad del hombre para la crueldad y la maldad en la historia. También toda la tercera parte dedicada a la causa de la independencia irlandesa, mezcla de utopía, generosidad, fervor cristiano y patriotismo exaltado, es igualmente aleccionador. El personaje permanece durante todo el tiempo novelesco en la prisión donde espera-teme la muerte, mientras se narran los sucesos diversos de su vida, una vida intensa, con unas pocas notas variopintas, que, aunque sorprendentes, no distraen y menos extravían del gran relato al lector del mismo.