Los diversos “radicalismos”

 

    Pensadores posmodernos pretenden demoler las estructuras de la llamada civilización occidental, y ellos mismos lo confiesan, con mayor o menor claridad, con mayor o menor sinceridad, con  mayor o menor cinismo. Pero todavía hay mucha gente, demasiada, que no se atreve siquiera a creerlo, porque piensa (teme)l que esa afirmación  tenga un origen integrista, es decir, restauracionista, involucionista. Y eso, no, todo menos eso, Todo menos  que a uno o a una lo/la tengan por no progresista, que es la maldición sistemática para no poder estar en el mundo de hoy, y tener que ser parte residual del Antiguo Régimen o, tal vez, de la Prehistoria. Y, sí, es cierto que todos los llamados radicalismos, es decir, extremismos y fanatismos, se llamen como se llamen y se autojustifiquen como se autojustifiquen, son los mayores enemigos de esa civilización -porque civilización sólo hay una-, que ha sido y sigue siendo la nuestra.