Las cinco llagas

El filósofo italiano Antonio Rosmini (1797-1855), uno de los más importantes y fecundos pensadores de su país en el siglo XIX,  intentó renovar la filosofía escolástica de su tempo,  fundamentando filosóficamente la teología católica, a la manera de santo Tomás, en torno a la teoría del ser, idea innata en el hombre, que constituye el principio de toda su fértil especulación. Canónigo de Milán, fundador de una congregación de sacerdotes,  Rosmini se hizo famoso  también por su libro Las cinco llagas de la Iglesia: 1) la separación entre el pueblo cristiano y el clero; 2) la insuficiente formación cultural y espiritual del clero; 3) la desunión de los obispos (entre sí, con el clero y con el papa); 4) la injerenia política en el nombramiento de los obispos, y 5) la riqueza de la Iglesia.  Mucho, todavía, tan actual. En 1887 fueron condenadas  40 proposiciones de Rosmini por el renovador papa León XIII, es decir, por su Curia. La condena fue condonada el año 2001. La Congregación de la Doctrina de la Fe, tan poco autocrítica siempre, consideró superados los motivos de preocupación y dificultades doctrinales de la obra de Rosmini. Como si no hubiera habido, en vida del filósofo y después de ella, otros mayores motivos de preocupaciión por parte de la misma Iglesia. Finalmente, el 18 de noviembre  de 2007, el antaño sospechoso y peligroso Antonio Rosmini fue beatificado por  la Iglesia Católica. Vivir para ver. Y nunca es tarde si la dicha llega, aunque no es cosa de negar la larga desdicha.