La mula y el buey

Dicen las malas lenguas
que el papa Benedicto
ha publicado un edicto
contra la mula y el buey.
Dicen. Lenguas más luengas
de Dios dijeron
y se confundieron
también.
Cuando calla la historia,
la tradición es ley.
Lo decía un villancico
de anteayer:
“La mula y el buey lo alientan
para que no tenga frío
y Jesús desde el pesebre
alienta el corazón mío”.
En la  tierra de los ciegos intépretes
el enredador es rey.
Durante siglos y siglos
-Francisco de Asís testigo-,
junto al pesebre contiguo
hay una mula y un buey.