La fe del P. Arrupe

Leo la preciosa biografía del jesuita Pedro Miguel Lamet, Arrupe. Testigo del siglo XX, profeta del XXI. Del Bilbao de 1907 a la Roma de 1991, pasando por el mundo entero, especialmente por el Japón de la bomba atómica y por el generalato de la Compañía de Jesús, a la que abrió horizontes insospechados hasta entonces, en tiempos de Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II, que tanto le hicieron sufrir al final de su vida y en medio de su invalidez. Fue uno de los hombres más importantes de la Iglesia del siglo XX;un verdadero santo, tan parecido a su paisano san Ignacio de Loyola; otro loco enamorado de Jesucristo, que en su ordenación hizo un voto de perfección, eligiendo siempre entre varias opciones lo más perfecto, lo más cercano al Evangelio. De entre los recuerdos que apila su biógrafo, excelente escritor y poeta, me quedo con aquella frase que él repitió en medio de los turbulentos años 70, años de profunda crisis de regeneración en la Iglesia y en la Compañía, y que revela su fe cristiana, pura y netamente cristiana: Tan cerca de nosotros no había estado el Señor acaso nunca, ya que nunca habíamos estado tan inseguros.