“Este día se me hundió el mundo”

Pocos años antes de morir, pedí a mi madre una lista de todos los cumpleaños de toda la familia, que es mucha. A ella no se le pasaba ninguno. Fue apuntando uno por uno, en cada  mes, y al llegar al 27 de abril, anotó:”Este día, y tú lo sabes, se me hundió el mundo”. El 27 de abril, moría mi padre, con 27 años, en un hospital de Vitoria -en una escuela, reconvertida en hospital de guerra-, a consecuencia de las heridas recibidas en el frente siete días antes. Mi madre revivía cada año una verdadera semana dolorosa. Siempre estuvo profundamente enamorada del amor de su existencia y re-cordaba aquella muerte como un acontecimiento presentísimo, trágico. Aun estando totalmente de acuerdo con aquella entrega, total y libre, de la vida por la causa más noble. Plenamente identificado con la misma vivencia, añado  solamente que ojalá a ninguna esposa, a ninguna madre se le hunda el mundo nunca más, con motivo de alguna otra guerra.