Elecciones municipales en Sevilla

Hago una cala de aficionado en la campaña electoral municipal de Sevilla. Los candidatos llevan hermosos apellidos: Monteseirín, Zoido, Torrijos, Villar… Uno promete microclimas en calles y plazas; otro convertir Sevilla en capital del flamenco; de otro dicen que ha conseguido en unos días del Gobierno nacional resolver todos los problemas irresueltos en tres años. Supongo que, un día u otro, alguno de ellos o todos ellos habrán prometido limpiar de basuras los sucísimos márgenes del río que aún quedan en el Paseo de las Delicias. En cambio, el Barrio de Santa Cruz está limpísimo. Además, mientras están reunidos en congreso, a unos cientos de metros, los representantes de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), los trabajadores de la empresa municipal de transportes, en huelga, apedrean a la mañanica 80 autobuses, que vuelven magullados a su punto de origen. Y mientras nos deslumbran a todos los turistas los gigantescos ficus y las jacarandas lilosas en los múltiples jardines sevillanos, salen las Hermandades al Rocío y el Sevilla prosigue su estela de gloria futbolística, agoniza en la Liga (lucha por la supervivencia en Primera) su rival, el Betis, el equipo de los pobres y, para mayor desdicha, centenario; hasta en el puente de los Remedios he visto pintarrajeado el letrero indicador del estadio Manuel Ruiz Lopera, nombre / hombre ahora abominado. No todo es política municipal.