El Quijote, accesible

La accesibilidad es uno de los derehos reconocidos en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Implica la posibilidad real de una persona de ingresar, transitar y permanecer en un lugar de manera segura, confortable y autónoma. Y… algo más. ¿Es posible una igualdad de derechos sin acceso real a la cultura? Anteayer, Día del Quijote y Día del Libro, en el salón de los Institutos de la plaza de la Cruz, de Pamplona, donde hace años echamos a andar esta pequeña y popular aventura literaria, pudimos ver, oír y sentir un Quijote accesible. Por medio de la llamada lectura fácil,  que posibilita la accesibilidad cognitiva a las personas con discapacidad intelectual -Feaps Navarra (Colegio el Molino y Residencia Javier), Asorna, Once y Retina Navarra-, la lengua oficial de signos, el Braile y los pictogramas permitieron que niños, jóvenes y adultos disfrutaran, y nos hicieran disfrutar, con la lectura de El Quijote, una lectura nueva para la gran mayoría de nosotros. Ni la más quijotesca de las personas que a mediados del siglo XX empezaron a asociarse para defender los derechos de las personas con discapacidad pudo imaginar ver en el escenario de este Instituto tan hermoso espectáculo:

En un pueblo de la Mancha / de cuyo nombre no quiero acordarme / vivió hace mucho tiempo un hidalgo. / Nuestro hidalgo se llamaba Alonso Quijano. / Tenía muchos años y era muy delgado. / Don Alonso poseía un caballo flaco, / unas tierras y una casa muy grande. / El hidalgo vivía con su joven sobrina y una criada… (NB. Un hidalgo era una persona que había heredado tierras y vivía ssin tenr que trabajar. Era un noble)…