El mapa de Navarra

Aunque nos lo habían dicho desde muchos años atrás y de mil maneras, quizás pocas veces de forma tan plástica y cercana como este miembro de la Mesa Nacional de Batasuna (que, por lo visto, sí existe, a pesar de su ilegalización), con motivo de la próxima fiesta del Nafarroaren Eguna -Día de Navarra- en Saint-Etienne-de-Baigorri. (Muy curioso: aquí hablan de Euskal Herría y en Ultrapuertos de Navarra). No existe, según él, “ninguna posibilidad” de solucionar “el conflicto” ni de buscar una solución al “problema nacional” sin Navarra. Quiere decir: sin que Navarra se integre, por las buenas o por las malas, en la Euskal Herría independiente en la que sueñan. ¿Por qué? Porque Navarra es “el eje, la columna vertebral de Euskal Herría”. Antes solían decir que era “cabeza y corazón”; ahora hemos pasado a columna vertebral. Y aquí viene lo mejor: sin Navarra “Euskal Herria ni siquiera se sostiene en el mapa”. Quiere decir: no se sostiene el resto de Euskal Herría. Peligrosa metáfora. Porque el País Vasco francés (Iparralde) parece sostenerse bien en la cadena de los Pirineos. Vizcaya no se sostiene para nada en Navarra. Navarra se sostendría, siguiendo el tropo, en Aragón y La Rioja, y así iríamos apoyándonos hasta el Mediterráneo. Pero lo que se esconde aqui es la concepción pre-democrática y primitiva de la tierra, del territorio, como eje y quicio de un país, sin contar con el pensamiento, la voluntad y los sentimientos de las personas que hacen un pueblo y una sociedad, y sin las cuales el terrritorio, el mapa, no es nada. Sólo el hombre hace el país, y sólo el paisanaje hace posible el paisaje. Concepción primitiva, totalitaria. Todo, a priori y como si fuera un descarnado axioma, sin el pueblo, sin contar con el pueblo y en contra del pueblo (navarrro, en este caso).