Decrecimiento

Visitando la estupenda iglesia parroquial de un pueblo de La Rioja, cogí la Hoja Parroquial que estaba en una mesa a la venta y dentro de ella había un díptico del Movimiento Rural Cristiano dedicado todo él al Decrecimiento. ¿Qué es eso? He sacado en limpio que el decrecimiento es un ambio radical de los modos de producción y de consumo, que propicia un reparto equitativo de los frutos de la tierra y de todos los bienes producidos por el trabajo, logrando así una relación de equilibrio entre el ser humano y la Tierra, y a la par favoreciendo el entendimiento y la paz entre las personas y los pueblos. No renunciar a nada qiue de positivo hayamos conseguido hasta ahora, pero sí bajar algunos su nivel de vida para que todos puedan llegar a disponer de lo necesario. Una utopía, claro, pero a la vez una lucha cconstan te y digna para eliminar la fuerza del poder de todos los que manejan y controlan casi todos los productos y que incitan al consumismo, en una infinita y loca rueda de  producción-consumo en un mundo finito y lleno de injusticias. Decrecimiento, que desmitifica el mercado neoliberal como principal fuente de felicidad; frena el deterioro, la desertización y el agotamiento de recursos terrestres; hace reflexionar sobre  nuestras necesidades reales. Es una actitud progresista de verdad, humanista y cristiana, en favor de la Tierra, de la naturaleza, de la salud, de las relaciones humanas, de la paz, la igualdad y el bienestar total del hombre. Nada menos.