“Críticas” y “boicot”

Los ciudadanos españoles, es decir, la gente de nuestro país, como la de cualquier otro, no podemos estudiar cada una de las noticias que nos llegan, dedicarles unas horas o días tal vez, para cerciorarnos de su verdad o de su falta de verdad. Y por eso casi siempre nos quedamos con lo que nos transmiten las agencias, los medios de comunicación o los periodistas de esos medios. Con frecuencia nos dan gato por liebre, interpretación por información. Y así, ayer, jugaban algunos periodistas con las palabras críticas y boicot, que no son, ni mucho menos, lo mismo. Le he dedicado al asunto un buen rato, he leído las dos informaciones originales en distintos medios, y puedo decir, con cierta seguridad, que el señor Polanco, patrón de los medios informativos de Prisa, no hizo unas críticas al PP, a las que éste respondió con un boicot a los medios de Prisa. No. La realidad es otra: el señor Polanco, ese señor riquísimo, que se hizo ya rico en la dictadura y con la dictadura franquista, llamó, en una junta de accionistas, aunque con ciertos rodeos, revanchistas, franquistas y guerracivilistas a los del PP y animó a sus colegas y coeuristas allí presentes a un (relativo) boicot intelectual, moral y político a dicho partido. A lo cual éste respondió con un (relativo) boicot a los medios de Prisa. Aquí la trampilla lingüística habitual está en querer convertir el primer boicot en críticas, y dejar el segundo boicot como único boicot. ¡Qué malos tienen que ser los que responden a unas críticas democráticas hechas a un partido derechista con todo un boicot político de ese partido a unos medios informativos progresistas! Pues, no. Eso no es una buena información, sino una interesada interpretación, y en este caso interpretación manipuladora, justificadora del amigo (patrón) y acusadora del enemigo (el partido de la oposición al partido amigo en el gobierno).