Allegro, Adagio, Allegro

Saltan los hombres con júbilo en la música de Bach
porque suya es la gracia de Dios y la esperanza.

Y luego se ponen a pensar, recogidos, silentes,
sobre tantos enigmas y penas de este mundo.

Para luego volver a reír, jugar y dar las gracias
al Dios de la belleza y la música sin fin.