Acosados en Pakistán

Antes, y con frecuencia, fue en Sudán, India, Las Molucas (Indonesia) o Pakistán. Hace unos días, en Iraq. Ahora, otra vez, en Pakistán. En esta ocasión, se trata de Asia Bibi, peón agrícola, casada y con dos niños quien, por defender en una discusión al cristianismo, ensuciado  por una mujer musulmana, fue acosada, golpeada junto a sus hijos, acusada de infiel, arrestada y condenada a muerte. Como otros muchos, por cosas similares desde la promulgación de la ley de la blasfemia en 1986. Pero ¿quién defiende en Occidente a Asia Bibi? Cualquier venganza personal, ajuste de cuentas, o un simple malquerer puede cobijarse bajo esta infame ley, que hace a los cristianos (un 1´6% en el país), protestantes o católicos, gente de  muy segunda clase, clase amenazada por el testimonio de cualquier musulmán. Las declaraciones  y protestas de obispos, clérigos y laicos, protestantes o católicos, que sufren esta situación, no dejan lugar a  dudas. Los casos de linchamientos, incendios de casas  y templos, destierros, violaciones de mujeres, torturas… son incontables. Recientemente, varias esclavas cristianas han sido quemadas vivas, violadas y asesinadas por sus propios amos,  al no querer convertirse al islam. Mártires en el pleno sentido de la palabra. El Gobierno  pakistaní hace a veces lo que puede, pero ante esa ley gemeral y la Sharía, la ley  moral coránica en vigor, muchas veces no puede nada. Y en Occidente ¿quién defiende a Asia Bibi y a tantos cristianos como ella?