Unidad y autonomía

La unidad es la raíz nutricia de la pluralidad, entendida como multiplicidad y opuesta a simplicidad. Y también de la autonomía política, que configura, por ejemplo, las Comunidades Autónomas, llamadas neciamente por algunos “Autonomías”. Políticamente, hay autonomía donde hay unidad y porque hay unidad. Sin ésta, aquélla no tiene sentido, es un flato de voz. Y hablando de los signos, que preceden a las realidades, no ha habido una sola bandera (constitucional) española, signo de la unidad, en los mítines de todos los partidos autonomistas catalanes, exceptuados el PPC y CC; tampoco en los  mítines del PSC-PSC(PSOE), ni siquiera en presencia del presidente del Gobierno de la Nación (española).  En cuanto al Estatuto catalán, aprobado hoy en referéndum muy mayoritariamente, la participación de los votantes no ha llegado a la mitad del censo. Participación y resultado positivo bastante inferiores a los habidos cuando se votó el Estatuto de 1979. Esperemos el  futuro dictamen del Tribunal Constitucional sobre el texto aprobado. “Cataluña ha hablado”, pero el conjunto de España tiene sin duda algo que decir, aunque sea de esa manera indirecta. Todavía puede subsanarse parcialmente el disparate.